Miraba las maletas que había dejado sobre la cama y no podía evitar sentirse como años atrás, cuando se mudó a Seúl.
Una parte de él no quería irse, había hecho su vida allí, tenía su trabajo, sus amigos y a Jimin. Aunque este último parecía algo ausente en los últimos días.
No habían dejado de hablar, habían seguido comiendo juntos y yendo y volviendo juntos del trabajo, pero sabía que Jimin trataba de evitar estar en ciertas situaciones con él, no sabía si por la presión de convertir lo casual en algo serio, o porque simplemente no quería involucrarse sabiendo que tenia que irse por tiempo indefinido.
Ese viernes Yoongi no se había quedado a tomar algo con sus compañeros, solo había pasado a despedirse de Wheein y había vuelto a casa. Tenía aún mucho que preparar y se debía marchar el domingo por la mañana.
- Puta maleta... - susurró exasperado, sentándose sobre ella para intentar cerrarla. - Odio las mudanzas.
- Espera, espera, te la vas a cargar. - le dijo Jungkook, tirando de su brazo para levantarlo. El menor de sus amigos había ido a pasar un rato con él y echarle una mano. Además, Yoongi le había pedido el favor de que cuidase su casa y tenía que darle una copia de las llaves.
- Todo esto de tener que irme me tiene de los nervios. - respondió el pelinegro dejándose caer sobre la cama, agotado.
- Lo entiendo... Creo que todos nos sentimos un poco así. - se quedó callado unos segundos sopesando si debía hacer o no la pregunta que rondaba su cabeza.
- ¿Qué te pasa? - le preguntó Yoongi, sin darse cuenta se había quedado quieto mirando un punto fijo.
- ¿Cómo van las cosas con Jimin? - el pelinegro guardó silencio unos segundos, aunque Jungkook se lo había tomado bien, tampoco había querido ser explícito en lo que le contaba ni darle muchos detalles por si eso le lastimaba.
- Si te soy sincero... No lo sé. Él no está preparado para algo serio, cosa que entiendo. - el menor asintió con la cabeza. - Y todo se ha vuelto muy raro ahora que me voy, creo que ninguno de los dos sabemos bien cómo actuar.
- Hyung, yo... No he mantenido grandes conversaciones con Jimin. - Yoongi sonrió incómodo, no quería pensar en lo que hacían en vez de hablar. - Pero por las cosas que hemos hablado, creo que es una persona muy insegura y creo que nadie de su entorno realmente sabe lo que le pasa.
- Me contó algo de que sus padres le dijeron en su día que hacer pole dance era cosa de mujeres... He pensado que quizás su familia es homófoba o alguna mierda así.
- Sí, tendría bastante sentido. Creo que se ha dado cuenta de que hay algo de él que no puede negar, pero tiene miedo a qué pueda pasar.
- El lunes cuando conté en el trabajo que me iba, se puso muy mal, aunque ya lo sabía. Estuvimos hablando en mi despacho y no paraba de repetirme que tenía muchas cosas en la cabeza que no sabía cómo explicar. Estaba como en bucle.
- Creo que deberías hablar con él, intentar que se abra... A mí me ayudaste mucho en su momento. - Yoongi negó con la cabeza.
- No quiero presionarlo más, mucho menos ahora que me voy y no sé cuando lo voy a volver a ver. Si él necesita hablar, sabe que puede contar conmigo.
- Tú lo conoces, hyung, sabrás que es lo mejor.
•••
Veía las maletas ya cerradas y le daban ganas de echarse a llorar, toda la situación lo tenía estresado y agobiado. Por suerte, Holly siempre sabía cómo ayudarle.
- ¿Tú tampoco quieres irte? - le preguntó al ver al perrito olisqueando las maletas. Holly lo miró y ladró fuerte. - La abuela se alegrará de verte. - le dijo agachándose para acariciar su cabecita. - Está enferma y te necesita, ¿sabes? - Holly volvió a ladrar. - ¿Quieres dar un paseo? Vamos a estar mucho tiempo sin caminar por las calles de Seúl.
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Agridulce (Parte I) [YOONMIN]
FanfictionMin Yoongi no necesita amor. Él es feliz con su trabajo, sus amigos, su perro Holly y su copa de whisky. Pero, muy a su pesar, la vida tiene otros planes para él. "Se quedó absorto viéndolo bailar. Se movía con una soltura impresionante, deslizando...