Las semanas pasaban y Yoongi y Jimin eran cada vez más cercanos. Iban y volvían del trabajo juntos prácticamente cada día, pasaban el rato en la sala de profesores y los viernes, junto a Namjoon y Bora, disfrutaban de su tiempo libre tras el trabajo.
Aún así, Jimin seguía siendo alguien receloso en cuanto a su vida sentimental y Yoongi, aunque seguía teniendo las mismas ganas de conocerlo en otros aspectos, mantenía las distancias para no incomodarlo innecesariamente.
- ¡Hola!- Yoongi levantó la cabeza en cuanto escuchó la voz del castaño, que se asomaba por la puerta.
- Hey, ya estoy terminando. - le respondió, levantando el último cuaderno que iba a meter en su maletín. Jimin asintió y entró en la oficina del psicólogo.
- ¿Vamos yendo nosotros? - le preguntó. - Bora está terminando no sé qué documentación y a Namjoon directamente no he conseguido encontrarlo.
- Sí, vamos nosotros entonces. Ya irán ellos. - Jimin le sonrió y salió por la puerta justo antes que él.
- ¿Te ha ido bien el día? - el castaño asintió mientras caminaba a su lado hacia la salida del instituto.
- ¿Y a ti?
- Bastante bien. El próximo viernes tengo el primer taller de salud mental con los chicos. - Jimin aplaudió feliz por la noticia.
- ¡Qué ilusión! Seguro que lo haces genial y les ayudas mucho.
Como cada viernes, Wheein los recibió con los brazos abiertos y los acompañó hasta su mesa de siempre. Jimin se había convertido en uno más del grupo y la camarera lo adoraba, al igual que todos ellos.
El profesor de Educación Física se hacía querer con facilidad y él también se sentía muy a gusto con todos ellos.
- ¿Bora y Namu aún trabajando? - preguntó la camarera, mientras les dejaba un par de cervezas sobre la mesa.
- Sí, pero no creo que tarden mucho. - Wheein asintió con la cabeza.
- ¿Y vuestro día qué tal? - Yoongi miró a Jimin, que se había sentado frente a él, pero el castaño estaba absorto en su teléfono móvil.
- El mío bien, preparando cosas para los chicos. - le respondió, tratando de ignorar al profesor. - ¿Y tú? ¿Mucho trabajo por aquí?
- Por suerte y por desgracia, sí. - el pelinegro le sonrió.
- ¿Y un ratito para sentarte con tu amigo no tienes? - las mejillas de Wheein se encendieron ante la pregunta de Yoongi.
- No, no tengo. - le respondió, pellizcándole la mejilla y guiñándole el ojo, antes de darse la vuelta para seguir trabajando.
Yoongi soltó una carcajada y dio un largo sorbo a su cerveza, observando a Jimin, que seguía tan metido en su móvil que ni siquiera se había percatado del tonteo con la camarera.
- ¿Estás bien? - le preguntó entre preocupado y ofuscado al ver que sus absurdos intentos por llamar su atención no habían servido de nada.
- ¿Eh? - Jimin levantó la cabeza confundido, sus ojos brillaban de forma extraña.
- Qué si estás bien, estás ahí ensimismado. - el castaño sonrió tímidamente y guardó su teléfono en el bolsillo.
- Sí, sí perdona. Estaba hablando con alguien. - le respondió avergonzado. Yoongi asintió y dio otro sorbo a su cerveza. Se sentía ridículo intentando llamar la atención de Jimin, aunque en su defensa, el tonteo con Wheein existía desde hacía mucho.
- No te preocupes.
El silencio incómodo se adueñó de la mesa. Jimin rascaba el papel de su botellín de cerveza, sin saber bien qué decir, y Yoongi, por su parte, bebía tan rápido que en cuestión de un par de minutos, se había acabado la suya.
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Agridulce (Parte I) [YOONMIN]
FanfictionMin Yoongi no necesita amor. Él es feliz con su trabajo, sus amigos, su perro Holly y su copa de whisky. Pero, muy a su pesar, la vida tiene otros planes para él. "Se quedó absorto viéndolo bailar. Se movía con una soltura impresionante, deslizando...