LONDON BOY [[GEORGE RUSSELL]]

EXTRA II

(P1 para el príncipe de las Vegas💚✨)

Planes a futuro

Spielberg, Austria.

Ava.

Estoy sentada en una de las mesas de la cafetería de Mercedes, absorta en las páginas de una revista de bodas que tengo delante. Los vestidos, los ramos de flores, la decoración, todo parece sacado de un sueño.

No puedo evitar imaginar cómo será mi propio día especial.

Alzó la vista por un momento, dejando que mis ojos se desenfoquen y se centren en lo que ocurre más allá de la cafetería. El paddock está lleno de actividad, como siempre. Aquí en Spielberg, Austria, el ambiente es eléctrico como en cada circuito,cada persona concentrada en lo suyo, los fans, veo a algunos de los chicos de Mercedes riendo y bromeando entre ellos, falta poco para la carrera y hay buenas sensaciones en el equipo.

Cierro la revista, colocando un dedo entre las páginas para no perder mi lugar, y bajo la mirada hacia mi mano, y ahí está, el anillo que adorna mi dedo.
No puedo evitar sonreír.

Han pasado meses desde que George se arrodilló y me pidió matrimonio,la sensación sigue siendo tan nueva, tan fresca, como si hubiera sucedido ayer.

Cada vez que lo veo, me recuerda ese momento, el brillo en sus ojos, el temblor en su voz cuando hizo la pregunta. Y, por supuesto, mi respuesta.

Todavía no tenemos una fecha, y aunque eso debería ponerme nerviosa, no lo hace.

George insiste en que empecemos a buscar cosas para cuando llegue el momento, y su entusiasmo es contagioso.

Ha sido una aventura en sí misma, hablar de decoraciones, listas de invitados, y todo lo demás, aunque todo sigue siendo un plan abstracto sin prisa por mi parte, solo quiero disfrutar del momento, aunque a veces hay momentos que me doy al abandono con este tema.

Cierro los ojos un instante, imaginando cómo será cuando finalmente lleguemos al altar, con mi bonito a mi lado junto con nuestro pequeño niño.

— Mamá— levantó la vista y veo a James corriendo hacia mí, con Lewis justo delante de él, sonriendo como si estuviera disfrutando de la persecución.

No puedo evitar sonreír al ver a mi pequeño, tan lleno de vida. Tiene solo un año, pero ya estoy convencida de que es el niño más hermoso del planeta, lo ha sido desde el día que lo tuve en mis brazos.

James lleva puesto su pantaloncito negro y esa camisa blanca de Mercedes que le queda perfecta.

Él es el nuevo niño dorado de la escudería. Me río suavemente al pensar en lo bien que se ha adaptado a este ambiente.

A donde vaya, siempre atrae miradas y sonrisas, de tal palo, tal astilla.

Cuando finalmente llega a mis brazos, lo levanto y lo abrazo con fuerza, inhalando su aroma familiar y reconfortante.