LXI

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En los siguientes días se habían suspendidos clases y los exámenes después de la muerte de Dumbledore, varios padres fueron por sus hijos, llevándoselos de Hogwarts.

Era algo que nadie los culpaba, sabían que si Dumbledore no estaba en la escuela, no sería segura ante lo que se avecinaba.

Regulus estaba en la habitación de su novia, solo, ella aún no regresaba de la enfermería, pues había ido a ver a Bill a la enfermería.
Cuando ella por fin regreso, se acercó a ella con una pequeña sonrisa.

—¿Cómo sigue Bill? —preguntó el chico.

—Bien, haciendo chistes —suspiro—. Me disculpe con él por ser atacado por Greyback...

—No fue tú culpa, cariño —tomó su mano—. Bill solo estan defendiéndote.

—Lo sé, pero aún así me siento culpable. Bill no piensan lo mismo, cosa muy noble de su parte —sonrió un poco—. Y cómo Fleur me vio en deuda con Bill, se aprovechó de la situación y me convirtió en una de sus damas de honor, sin que yo me retractara —frunció el ceño, haciendo reír a su novio.

—Me encantará verte con el vestido que decida —bromeó.

Ella solo rodó los ojos divertida. Iba a preguntar por Kreacher, pero no fue necesario, el elfo apareció frente a ellos. Llevaba una caja flotando, así que lo dejó en suelo, mientras les hacía reverencias a ambos chicos.

—¿Está adentro de la caja? —preguntó Regulus.

—Si, amo joven Black —respondió el elfo—. Kreacher se aseguró que todas las cosas siguieran en la caja.

Ambos chicos se arrodillaron frente a la caja, sacando algunas cosas; en el fondo, brillando cuando le dio la luz, estaba el guardapelo.
Regulus tomó la cadena y lo sacó. Los tres miraban como el guardapelo daba un pequeña vuelta sobre su eje.

—¿Por qué estaba en la casa, Kreacher? —preguntó la chica.

—El amo Regulus pidió a Kreacher que lo acompañara a aquella cueva —empezó a decir con cierta tristeza—. Kreacher lo llevó, aunque lo advirtió que sería peligroso; de milagro Kreacher había salido vivo cuando fue con el Señor Oscuro —tembló un poco—. Al llegar al lugar, el amo Regulus empezó a tomar esa agua —dijo con miedo—. Kreacher le dijo que él lo hiciera, que a Kreacher no le importaba beber una vez más de aquella agua. Pero el amo no me dejó, así que él lo hizo —se lamento y limpio las lágrimas que salían de sus ojos—. El amo Regulus gritaba de dolor, pero le hizo prometer a Kreacher que le seguiría dando el agua hasta que consiguieran ese objeto maligno —miró el guardapelo, que Regulus aún sostenía y miraba—. Cuando Kreacher lo consiguió, creyó por un momento que lo había logrado y se lo dijo al amo Regulus, pero él ya estaba débil. Entonces, del agua salieron esas cosas —murmuró mientras se escondía atrás de la cajas—. Los inferius. Pero el amo Regulus, con la poca fuerza que le quedaba, ordeno a Kreacher irse, prometiendo que debía de destruir ese guardapelo, y cuidar de su hijo —miró al chico.

La habitación se había quedado en silencio después de que el elfo terminara el relato. ____________ miró a Regulus, quien aún sostenía el guardapelo, sin haberle quitado la vista de encima.

Los pequeños hipidos de Kreacher eran
lo único que se escuchaban en aquella habitación.

—¿Por qué —empezó hablar Regulus por fin—, no lo destruiste?

—Es un objeto maligno —respondió el elfo—. Kreacher trató de deshacerse de él, con todo lo que pudo, pero Kreacher no lo logró. Después de un tiempo, llego la noticia que el amo Regulus había muerto —sus ojos volvieron a llenarse de lágrimas—. Kreacher tuvo que cuidar de los amos Black, dejando aún lado el guardapelo sin poder destruirlo.

Tomorrow - Regulus BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora