Tomorrow - Regulus Black

LXXXIV (Capitulo Final)

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ANUNCIO AL FINAL DEL ÚLTIMO CAPÍTULO.

Lo primero que hizo _____________ después de irse de Hogwarts, fue ir por Teddy, abrazarlo hasta que se quedará dormido, ahora debía de ser una hermana mayor, cuidaría de él.

Regulus la veía dormir junto con Teddy en su cama, tenía una pequeña sonrisa en su rostro pensando en que si un día podía a llegar a casa, ver a su esposa y un bebé esperándolo después de un día largo de trabajo, pero en su cabeza solo iba y venía aquel recuerdo de Paige.
¿Realmente una Manson y un Black podrían tener un final juntos?

La castaña se despertó en la madrugada al no sentir a Regulus dormir a su lado; Teddy seguía durmiendo en su cuna, así que se levanto y salió de su habitación. Bajo con calma las escaleras, viendo a Regulus en la cocina, mirando por la ventana, llevaba haciendolo desde hace una semana y creo que todos estábamos algo ansioso por lo que ocurriría en unas horas.

Camino hasta él y lo abrazó por la espalda, sintiendo como se relajaba, tomando una de sus manos para darle un pequeño beso en el dorso.

—¿No puedes dormir? —preguntó la chica mientras recargaba su cabeza en la espalda de Regulus

—No, lo intento, pero aún no puedo descansar como quisiera —suspiro, para después hacer que la chica quedara frente a él—. Hola —le dijo con una pequeña sonrisa.

—Hola —también le sonrió—. ¿Ocurre algo? —preguntó mientras acariciaba su mejilla.

Regulus cerró los ojos, disfrutando de su caricia; tardo unos segundos en responder, quería disfrutar del momento.

—Tranquila, todo esta bien —le dio un pequeño beso en la frente—. Mañana será un día agitado —la abrazó.

—Lo sé.

En Hogwarts querían honrar a todos los caídos en la batalla, así que harían una ceremonia, siendo invitados todos los que quisieran estar ahí presentes.

____________ había convencido a ir a sus amigos, quienes creían que no era conveniente, pero aceptaron solo para acompañar a sus amigos, así como lo hicieron en los funerales de sus padres hace dos días.

—¿Seguro que estás bien, Regulus? —preguntó la chica, alzando su mirada.

El pelinegro tardo en mirarla, pero asintió con la cabeza, dandole un beso en sus labios, haciéndola sentir extraña. ¿Por qué lo sentía como una despedida? ¿O acaso solo eran sus hormonas y sentimientos de había sentido en los últimos días?

Por fin había confirmado que estaba embarazada; el día anterior había ido a San Mungo junto con Pansy, donde le confirmaron su embarazo, haciéndola sentir con una pequeña luz de felicidad entre todo el horror vivido.

—Ha estado bajo estrés —le había dicho el sanador—. Tiene que estar en calma si quiere que el embarazo siga.

Quería decirle a Regulus, se lo diría, y aunque le jurara lo mucho que la amaba, que estaría con ella, estaba nerviosa por decirle que esperaban un bebé. Regulus tenía un antecedente sobre eso, solo esperaba que no se asustara por lo mismo, pero no dudaba que en cuanto se lo dijera, él no la dejaría.

Su idea era que se fuera a un lugar calmado, los cuatro, él, Teddy, el nuevo bebé y ella, como una familia; el solo pensar en esa imagen la estaba haciendo feliz.

—Volvamos a la cama —dijo el chico—. Descansemos, ¿de acuerdo? He visto que te ves cansada en estos días —lo miró preocupado.

—Estoy bien —le sonrió—. Y sobre eso...