scream 𝒇𝒕. 𝑻𝒐𝒎 𝑲𝒂𝒖𝒍𝒊𝒕𝒛.

𝓒. 03

— Tom Kaulitz.

Caminaba por los pasillos de la universidad, todas las miradas sobre mi mientras susurraban y después agachaban la mirada, malditos cobardes.

Mi mirada se dirigió hacia la rubia qué estaba sentada en el césped del patio, leía un libro y parecía tan concentrada en lo suyo.

Estaba vestida con una linda falda de color negro, era corta y dejaba a vista sus lindos muslos, una blusa de color rojo con escote en forma de V, que tetas tan perfectas...

Sonreí admirando su belleza pero no me acerque, me fui al baño de hombres y ahí me encontré con los drogados del otro día.

Me compartieron un poco de mariguana y bueno, no me negué, era una adicción que se sentía bien como estar volando.

Después de unos minutos ya estábamos sentados en el piso casi sin fuerza, riéndonos de cualquier tontería qué se nos podría ocurrir.

— Oigan, yo veo a los muertos... — Dije con voz un poco aterrada pero solo fingiendo.

Los demás se me quedaron mirando, un poco pensativos y con el ceño fruncido en sus rostros.

— Viejo, esta cosa si que te deja volando. — Contesto Gustav mientras los demás reían junto a él y me uní a sus risas.

— Tienes que invitarme más de esa cosa.

— Lastima, ya no tenemos papeles. — Hablo Georg con una mueca de disgusto al ver que ya no quedaban papeles para fumar.

— ¿Que usamos para hacer una pipa? — Pregunte mientras buscaba algo con la mirada al igual que los otros.

Derrepente vimos una pecera qué tenía un tuvo de plástico, ¿Que hacía una pecera en el baño de la universidad? Ni idea pero servía para nuestro objetivo.

Estuvimos así por algunos minutos bastante largos, terminamos en el piso y sin darnos cuenta esos minutos costaron toda la clase, toda la maldita clase en el baño fumando.

Los demás se fueron y era casi hora de irse hacia casa, me puse el traje de Ghostface para joder un rato, matando gente, normal.

Me estaba poniendo la máscara y escuche como alguien entraba, era una chica al parecer se equivoco de baño y entro al de los hombres.

Me intente esconder para que no me viera la cara y no supiera por la razón que me tenían miedo, bueno ya casi todos lo sabían.

— Tom, tu eres... — Hablo la rubia con voz temblorosa por el miedo.

Me di la vuelta inmediatamente al reconocer su voz y no supe que decir, la máscara cayó al piso dejando mi cara totalmente al descubierto y me puse nervioso pero intente bajarle importancia.

— ¿Que mierda? Ahora entiendo porque todos te tienen miedo...

— ¿Que te asusta cariño? — Pregunte con una risa llena de burla.

— T-tu me asustas, eres... Eres un asesino... — Tartamudeo, estaba tan jodidamente asustada que me hacia tener oleadas de placer por todo mi cuerpo.

Me cruce de brazos y me reí, la mire a los ojos disfrutando cada expresión de miedo y terror que demostraba su rostro.

— ¿Sabes de que deberías tener miedo? — Pregunte con una sonrisa de picardia. — De estos 24 centímetros de polla qué probablemente no te entrarán fácilmente.

Esta abrió sus ojos como platos ante mi comentario, estaba sorprendida por el cambio de situación pero no me importo.

Agarre su cintura y la atraje hacia mi, apretando nuestros cuerpos mientras suspiraba en su oído enviándole escalofríos por todo el cuerpo.