𝓒. 22

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— Lara Schneider.

Estaba junto a Tom en una fiesta, estaba aburrida sentada en un pequeño sofá qué había por ahí, la verdad yo no era una persona que saliera mucho y menos de fiesta, no era de mi gusto, prefería estar encerrada en mi habitación como si fuera una cueva y así soy feliz.

Tom era totalmente diferente, amaba las fiestas, salir con sus amigos y mirar culos, bromita, si veía un culo qué no fuera el mio ese hijo de puta tendrá los días de vida contados con los dedos, ya le advertí y bueno, cero tóxica chicas, recuerden que los celos hacen mal.

— Hey mi amor, ¿Y esa carita de aburrimiento? — Pregunto con voz seductora pero a la vez un poco rara, estaba borracho.

— Ugh, ese olor a alcohol que maldito asco. — Le dije entre risas bromeando.

El siguió mi risa.— De todas formas te encantó y amas mis labios, ¿No es así?

Sentí como el calor subía a mis mejillas poniendo de estas ligeramente rosas, odiaba qué con solo una voz seductora y pocas palabras pudiera ponerme de tal forma que me sentía húmeda pero mucha reproducción en los últimos días así que se va a tener que aguantar a estar sin sexo.

— Callate, no es así...

— Mira como te pones de roja, apuesto que estas mojada por mi.

Sus manos se dirigieron a mi cintura y me atrajo hacia el y sus labios rozaron ligeramente con los míos pero sin ser un beso, sentía como los escalofríos corrían por mi cuerpo, me sentía nerviosa pero me gustaba esa cercanía.

— ¿Puedes alejarte? — Pregunte con voz temblorosa intentando ocultar mi nerviosismo.

— Eres jodidamente preciosa cuando estas nerviosa, ni te he tocado y ya estas completamente húmeda... — Susurró en mi oído con su voz ronca por el deseo que había en el.

Agarro las llaves de su auto que había a un lado de mi y agarro mi mano, me levante del sofá con un tiro brusco, casi me caigo de osico y veo a diosito pero no dije nada.

Nos fuimos hacia el auto y nos adentramos en este, yo estaba totalmente callada sin mover ni un pelo, una vez llegando a casa Tom no perdió tiempo...

Entramos a casa, sus manos en mi cintura y cerro la puerta detrás de nosotros de una patada, el sonido de la puerta chocando bruscamente resonó por la casa, las paredes temblaron.

El de trenzas me empujó al sofá y me miro con ojos llenos de deseo hasta que finalmente atacó.

Sus labios dejaban besos húmedos en mi cuello, era increíble lo mojada qué me ponía con solo tener de sus lujuriosos besos.

— Amor, por favor...

Mi voz suplicante llego a sus oídos y el se rió burlon, sus dedos hicieron pequeñas caricias mientras se movía desde mi pecho hacia mi intimidad.

El de trenzas bajo mi ropa interior dejándome expuesta a su vista, sus dedos tocaron mi clitoris y no pude evitar gemir.

— No me dejes con las ganas, te necesito dentro de mi ahora por favor.

Mi voz aun más suplicante, sus dedos se metieron con lentitud en mi interior los cuales fueron apretados por mis paredes internas.

Estos se comenzaron a cerrar y abrir en mi interior, la velocidad de tus dedos y la fuerza que agregaba era placentera y sentía que me podía llevar al clímax en tan solo segundos.

— Si, sigue así y demuéstrame que te pertenezco...

Pude hablar entre la respiración entrecortada que fue provocada debido a la excitacion que había en mi cuerpo.

Tom sacó sus dedos y los reemplazo por su pene erecto, se introdujo con lentitud y el placer se hizo más intenso para ambos.

— Joder... — Dijimos al unisono.

Comenzo a mover sus caderas de adelante hacia atrás, mis uñas se enterraron en su espalda rasguñando y haciendo marcas rojas.

— Cojeme más fuerte, ¿Te pertenezco? Bien entonces demuéstralo...

Mi voz paso de ser suplicante a desafiante, el se detuvo por un momento y me miro fijamente a los ojos, se acerco hasta que sus labios rozaron con mi oreja.

— ¿Eso quieres? No te arrepientas después de esto.

El de trenzas se comenzó a mover con una fuerza y rapidez inexplicable que parecía ser inhumana, el dolor comenzó a invadir mi cuerpo pero parecía que el placer remplazaba cada molestia.

Mis gemidos eran mezclados de placer y dolor, sentía un dolor fuerte pero era como si solo agregará más placer.

— Dime que eres mía. — Ordeno, debido a los gemidos no pude obedecer, no podía ni hablar. — Hazlo...

— Soy tuya...

Logré responder con un poco de dificultad, sonrió orgulloso y sus labios atacaron los míos, su lengua invadio mi boca explorando casa rincón de mi boca con ella.

Joder, se sentía tan delicioso...



𝐀 𝐍 𝐓 𝐎

Aprovechen estos capítulos que nadie sabe lo que puede pasar después ¿Verdad? JDJSKJD (bromita)

scream  𝒇𝒕. 𝑻𝒐𝒎 𝑲𝒂𝒖𝒍𝒊𝒕𝒛.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora