𝓒. 28

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— Tom Kaulitz.

Estaba en la universidad, sentado en el jardín bajo el árbol que siempre me sentaba con Lara, ella se había ido al baño por las náuseas qué ya estaban disminuyendo en los últimos días.

Había dejado su celular conmigo para cuidarlo y yo solo asentí, no me gustaba revisar su celular e invadir su privacidad pero hace aproximadamente diez minutos su celular vibraba sin parar ya que alguien estaba mandando mensajes y no pude aguantar la curiosidad que surgia.

Prendí su celular y vi su instagram lleno con mensajes de Christian de una cuenta nueva que se había creado, la ira comenzó a invadir cada parte de mi ser, mi mente estaba nublada y solo pensaba en lastimarlo hasta hacerlo llorar, gritar y suplicar piedad como lo hice anteriormente.

Me metí a instagram para ver que tonterías decía Christian, los mensajes eran realmente sucios diciéndole prostituta, comentarios sobre su cuerpo e incluso habían fotos de él desnudo o masturbándose, le decía que se la quería follar hasta dejarla temblando y dejarla sin sentido, maldito asqueroso pervertido, mala suerte Christian, ella me pertenecía y  eso no cambiaría por nada del mundo.

—Gracias por esperar cariño, gracias a Dios ya no son tan constantes están molestas náuseas. —Hablo la rubia sentándose a mi lado con un suspiro de alivio.

Rápidamente salí de instagram y apague su celular para que no se diera cuenta que estaba viendo los mensajes que Christian le había enviado, pero era bastante notorio qué no estaba tranquilo y que estaba furioso por alguna razón, ella no era tonta y sabía que algo me pasaba, lo notaba inmediatamente incluso por mi respiración qué se volvía entrecortada cada vez que algo me hacia enojar con exageración, mi mandíbula estaba tensa y mis venas marcadas en mis brazos debido a tan fuerte que apretaba mis puños.

—Amor, ¿Pasa algo? —Pregunto con preocupación.

Le di una sonrisa forzada y negué con la cabeza. —Lara, vete al salón con cuidado que yo tengo que irme para hacer cosas importantes.

Agarre mi mochila, le di un suave beso en la frente y salí de la universidad, hace días Christian no se presentaba a la universidad pero sabía perfectamente cada cosa de el y lo más importante era que sabía en que lugar vivía y comencé a caminar hacia allí qué no estaba para nada lejos, para mi suerte lo vi saliendo de su casa y mejor aún, era una calle cerrada donde solo se podía salir a una dirección que era ir para el centro de la ciudad.

Silenciosamente me acerque por detrás de el y puse mi mano en su boca cubriendo hasta su nariz hasta que se desmayo, lo lleve hacia mi auto que estaba cerca, lo tire con brusquedad hacia los asientos traseros, no me importaba tratarlo con delicadeza ni con cuidado, no se lo merecía.

Abri la puerta me senté en el asiento de piloto, apreté el volante con fuerza y con enojo, comencé a manejar hacia el mismo lugar donde lo había maltratado de todas las maneras posibles anteriormente, habían pasado meses de eso por lo cual sabía que estaba lleno de insectos y más suciedad que antes.

Sentía tanto enojo qué en lo único que pensaba era en sus gritos de sufrimiento que me darían tanta satisfacción, quería verlo en el piso sin fuerzas y jadeando en agonía, su cuerpo lleno de sangre por los golpes tan bruscos que le daría, no podía pensar en nada más que solo eso y si, estaba actuando como un maldito loco que no tenía un sentido normal pero no me importaba nada de eso, no me importaba actuar como un tonto normal que iba a permitir que tratarán a su novia como se les diera la gana, yo no sería así y si este imbecil trataba a Lara de esa forma haciéndola sentir mal o incomoda, el sufriría mil veces más que ella, sufriría de tantas formas que quedaría con traumas de por vida, en toda su maldita vida se acordaría de quien era Tom Kaulitz y me aseguraria que lo recuerde cada mañana, cada tarde y cada noche, que tenga pesadilla conmigo y no tenga tranquilidad nunca más en su miserable vida, si de suerte queda con vida...

Finalmente después de unos largos minutos llegamos al lugar, el seguía desmayado y yo lo agarré llevándolo hacia el interior, estaba oscuro y solo había un poco de luz debido al sol, lo amarre a la silla donde había estado antes y que aún tenía rastros de sangre.

En algunos segundos comenzó a recuperar la conciencia, abrió sus ojos con lentitud los cuales estaban llenos de miedo, intento mover sus brazos y pies pero no podía, las cuerdas sobre estaban apretadas con una fuerza impresionante que no lo dejaría moverse por nada del mundo.

—Realmente quiero matarte ahora mismo pero esperaré unos momentos. —Solté una risa seca ante sus ojos con miedo y desesperación.

Me fui hacia una habitación abandonada de esta casa, agarre una máscara la cual me puse inmediatamente cubriendo mi rostro, mi cuerpo lo cubrí con una tela grande de color negro, cubrí el resto de mi cabeza con el gorro, puse guantes negros en mis manos y agarré un cuchillo para finalmente volver hacia donde estaba amarrado Christian.

—¡¿QUE MIERDA HACES VESTIDO DE GHOSTFACE?! —Exclamó este con más miedo aún, oleadas de adrenalina corrían por todo mi cuerpo.

—Extrañaba hacer esto sinceramente, me intentaba controlar pero tu pusiste a prueba mis límites. —Gire el cuchillo entre mis dedos siendo más intimidante para el, note su cuerpo temblar de terror. —Te mataría en segundos pero no vas a sufrir como te mereces y yo me encargaré de hacerte suplicar piedad nuevamente.

Deje el cuchillo en una pequeña mesa y comencé a golpearlo con mis puños con tanta fuerza que su cara se llenó de sangre, su nariz se veía torcida y sangraba bastante, di fuertes patadas entre sus piernas y en su estómago haciéndolo perder el aire.

La silla cayó hacia atrás y su cabeza rebotó contra el piso, lo levante nuevamente y agarre su mano, con unas tijeras de cortar césped comencé a cortar todos sus dedos de manos y pies, esta vez definitivamente sería peor que antes y no lo dejaría ir.

—¡TOM POR FAVOR! —Grito en súplica. —Prometo que no molestare a Lara nunca más en la vida...

Me reí a carcajadas y por un segundo me detuve. —Eso es, súplica piedad...

Lo seguí golpeando brutalmente hasta que agarre el cuchillo nuevamente y lo enterré son duda en su estómago, el grito mientras yo sonreía como un enfermo.

Agarré un balde qué había cerca y lo llene de agua, puse sus pies dentro y rompí unos cables que al juntarlos hacían corriente, comencé a poner estos cables en sus testículos, sus piernas temblaban y ya ni siquiera podía gritar de lo desgastada qué se encontraba su garganta.

—Bien, ahora se acabará tu sufrimiento. —Saque mi marcará y la tire hacia un lado, mi cara estaba toda sudada al igual que mi cuerpo. —Vas a recordar mi cara por siempre pero no en esta vida maldito hijo de puta, la recordarás en el infierno.

Agarre una pistola qué había, el no se había dado cuenta que la tuve en la cintura de mis pantalones todo el tiempo, apunte hacia su cabeza y sin dudarlo di tres balazos en ella...

scream  𝒇𝒕. 𝑻𝒐𝒎 𝑲𝒂𝒖𝒍𝒊𝒕𝒛.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora