scream 𝒇𝒕. 𝑻𝒐𝒎 𝑲𝒂𝒖𝒍𝒊𝒕𝒛.

𝓒. 32

— Tom Kaulitz

Estaba con una rubia encima de mi polla, bueno mentira y perdón, la única rubia que quería encima mio era Lara pero aparte de que no la podía ni tocar porque estaba embarazada, ella estaba furiosa debido a que había estado ilusionada con tener gemelos y su ilusión se fue a la mierda.

Yo estaba igual, la entendía, por unos minutos fue una gran ilusión que hasta me imagine un futuro con dos carajitos corriendo por toda la casa haciendo desastre y los dos pequeñitos vestidos de Ghostface en halloween, era precioso, pero la tremenda hija de puta ginecóloga solo me ilusiona a mi y a Lara, perdón, me enoje.

Sobre el matrimonio, todos estaban felices, la familia de Lara estaba lejos pero prometieron llegar al matrimonio cuando todo estuviera listo y estaba nervioso pero ansioso por conocer a mis suegros. Mis padres también estaban lejos, toda mi familia estaba lejos pero nadie de ellos tenía interés en hablarme o algo por el estilo, solo tenía a mi hermano Bill pero bueno, no nos veíamos tanto desde que empecé a estar con Lara, tampoco veía a Gustav ni Georg y otros amigos en general ya que eran una manga de drogadictos, como dice Lara.

Ahora estaba en mi habitación, mis brazos rodeaban la cintura de la rubia mientras su cabeza descansaba en mi pecho, la televisión estaba encendida y mi mirada fija en ella, la rubia estaba acurrucada en mis brazos como una bebé que estaba a casi nada de dormirse. Tener esta cercanía con la rubia era lo más cómodo que podía tener en la vida, quería estar así con ella por toda la vida sin que nadie molestará y ahora que no estaba Christian, todo era más tranquilo y cómodo para mi parecer.

Las suaves y delicadas manos de la rubia rodearon mi cuello, la rubia tenía uñas acrílicas y con sus uñas comenzó a dejar pequeñas caricias en mi cuello, cada toque envío encalofrios por todo mi cuerpo de pies a cabeza, su toque era tan lento y suave pero yo y mi cuerpo que respondía de forma más atrevida a cada toque, obviamente se me paro como una puta torre, perdón.

Seguí con mi mirada fija en la televisión mientras los tiernos toques de Lara se volvían cada vez más lentos debido a que ya estaba cayendo en un sueño profundo, era una tranquilidad increíble hasta que algo en la televisión llamo mi atención y sentí que todo mi mundo se caía encima.

La presentadora comenzó a hablar.— La desaparición repentina sobre el joven Christian Leister sigue siendo un completo misterio pero cada vez estamos más cerca de descubrir quien fue el causante, aun no tenemos el destino del joven pero tenemos la sospecha sobre quien fue. Una persona disfrazada del famoso "Ghostface" ha estado últimamente en boca de muchas y ha recibido algunas demandas pero no hemos podido saber quien se esconde bajo este disfraz ni su destino, pronto le traeremos nueva información.

Cada palabra de la presentadora fue como una fuerte y brusca apuñalada en todas las partes de mi cuerpo, mi piel se erizo del miedo y nerviosismo qué sentía. Lo que menos quería ahora era ser atrapado y tener que cumplir una condena que definitivamente sería muy larga, ahora estaba consciente de que la había cagado y ya no era divertido, no me daba risa ni un delito que había cometido anteriormente, ahora tenía que preocuparme por mi hija a nada de nacer y mi futura esposa.

Mi cuerpo comenzó a temblar con una intensidad exagerada, apague la televisión rápidamente y abrace a la rubia con fuerza, escondí mi cabeza en su cuello y no pude evitar que las lágrimas comenzarán a correr por mis mejillas, mi respiración era entrecortada, todo mi cuerpo estaba totalmente tenso, intentaba relajarme en los brazos de la rubia pero era imposible, miles de ideas pasaban por mi mente, ahora sentía mucha culpa y remordimiento, no por las personas que hice sufrir, sino que por las mujeres que más quería podían quedar solas por mi culpa y podrían sufrir de una forma que no quería, quería protegerlas a Noah y a Lara pero en este momento no habían tantas posibilidades, ahora dudaba si podría protegerlas como siempre prometí.

—Cariño, ¿Pasa algo? —Pregunto la rubia con su voz cansada despertando del sueño.

—Nada cariño, estoy bien. —La abrace con más fuerza e intente controlar mis lágrimas pero se me hacia imposible. —Mi princesa hermosa, ¿Sabes que te amaré por siempre este donde este? Tu y Noah son el amor de mi vida...