𝓒. 27 (+18)

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— Tom Kaulitz.

Había invitado a la rubia a la playa, ella aceptó y decidí que nos quedaríamos la noche ahí ya que a la playa que queríamos ir tenía cabañas para rentar así que no dude en rentar una para pasar la noche y salir un poco de la rutina, no quería que la rubia estuviera encerrada todo el tiempo pero tampoco quería exponerla demasiado por cualquier peligro que pudiera haber, sinceramente aveces me pasaba de sobreprotector pero al ser padre primerizo, lo único que quería era cuidarla más que a nada.

Yo estaba sentado en la arena, sin camisa y con unos short mientras la rubia estaba cerca del agua metiendo solamente sus pies, no podía negar que su cuerpo se veía espectacular, tenía un bikini de color negro simple pero hacia que sus curvas resaltaran, su vientre no estaba tan grande, era pequeño pero notorio solo tenía cuatro meses y gracias al embarazo su cuerpo pareció cambiar bastante, note como sus pechos se hicieron más suaves, sensibles y grandes, sus caderas crecieron y su trasero parecía ser más grande, tenía que cuidarla y no podía tocarla pero no podía negar el hecho de que la deseaba más que a nada en el mundo y era difícil resistirme.

Era difícil explicar como me ponía de tan solo verla, extrañaba tanto su toque, la quería con ansias. Extrañaba cuando sus dedos viajaban por los músculos de mis brazos, por mis abdominales hasta que llegaba a mi pene erecto, extrañaba como sus paredes internas me apretaban tanto que aveces dolía pero daba tanto placer, extrañaba ver sus pechos rebotando cada vez que se ponía encima de mi, extrañaba su trasero temblando con cada embestida, no quería lastimarla pero extrañaba ese maldito placer por mi cuerpo y no era suficiente masturbarme para quitar este deseo que habia guardado desde hace días anteriores, necesitaba más que eso, la necesitaba a ella.

Ella se comenzó a acercar a mi y yo rápidamente aleje esos pensamientos de mi cabeza intentando actuar lo más normal posible, puse mi mano en mi short ocultando la erección que se había provocado en mi con tan solo pensarla.

—Tommy, acabo de encontrar esto. —La rubia sonrió y extendió su mano, en ella había una pequeña concha de mar con tonos rosados.

Era realmente lindo pero más lindo era verla sonreír hasta por la mínima cosa, aveces tenia una actitud de niña pequeña que no podía negar lo mucho que me encantaba, era tierna y delicada como una preciosa flor.

—Es preciosa cariño, ¿Donde la encontraste? —Pregunte admirando sus ojos brillosos.

Ella apuntó con su dedo hacia la orilla del agua donde habían algunas conchas de mar pero ninguna como la que había encontrado Lara.

Ella se sentó a mi lado y guardo lo que había encontrado en la pequeña mochila que había traído con sus cosas como ropa, toalla, etc, cosas normales que traen las mujeres en sus bolsos.

Me recosté en la arena encima de la toalla, descanse mi cabeza en sus piernas mientras acariciaba su vientre, sentí pequeñas pataditas bajo la palma de mi mano, el bebé se movía bastante.

—¿Como le pondremos a la pequeña? —Pregunte con una sonrisa mientras seguía sintiendo las pataditas bajo mis manos.

Lara pensó un poco e hizo una mueca dudosa. —Me gusta Noah, ¿Te parece bien?

—Noah Jesse, es lindo amor.

La rubia frunció el ceño y negó con la cabeza. —No, Jesse no.

— ¡Amor, es lindo Jesse! —Me queje con un tono de berrinche.

Ella se rio a carcajadas viendome hacer berrinche, sus manos acariciaron suavemente mis trenzas, sus delicados dedos jugando con ellas.

—Tom, Jesse es feo. —Dijo con una pequeña risita. —Solo dejalo como Noah.

scream  𝒇𝒕. 𝑻𝒐𝒎 𝑲𝒂𝒖𝒍𝒊𝒕𝒛.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora