𝓒. 34

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-Lara Schneider.

Estaba en la habitación con el de trenzas, ambos acurrucados bajo las sábanas. Podría parecer que todo era muy tranquilo y solo existía paz pero el ambiente estaba jodidamente tenso desde el día que Tom me dijo la verdad, había un miedo horrible entre nosotros y últimamente nuestra relación estaba empeorando, ya no hablábamos casi nada sino que solo eran abrazos, besos, solo muestras físicas de nuestro amor pero la falta de comunicación era algo realmente jodido, intentaba que todo volviera a la normalidad pero claramente era imposible, absolutamente nada volvería a ser como antes y era algo que me atormento de todas las formas posibles.

Era tantas emociones juntas que ninguna tenía explicación, ese miedo quería quitarlo de una maldita vez pero era inevitable, quería ser feliz, tener mi familia unida pero tal vez en tan solo segundos podría dejar de estar unida, no quería que al hombre que más amaba se lo llevara la policía y que sufriera en un lugar tan desagradable, quería que el estuviera a mi lado, que estuviera cuando nuestra linda bebé naciera, que la viera cuando diera sus primeros pasos, que estuviera presente cuando dijera su primera palabra, que estuviera ahí en todos los momentos lindos de la pequeña Noah, no quería que en todo esto el no estuviera presente, quería que mi pequeña bebé pudiera tener un padre presente al que amaría, que tuviera confianza cuando creciera, que viera a su mamá y a su papá juntos, felices y con todo el amor del mundo pero me quería negar a la realidad, tal vez el no estaría en esos momentos...

Aveces sentía una soledad horrible, estaba con Tom, con el hombre que más amaba, el amor de mi vida y el solía ser mi refugio pero ya nada era igual, no lo quería dejar ya que aún tenía esperanza de que todo cambiara y volveríamos a ser felices como antes, tenía la esperanza que este miedo desapareciera, que todo los nervios se los llevará el viento, algo que probablemente no pasaría pero eran mis ilusiones.

Decidí intentar algo, tener un momento lindo y más cómodo, que ese miedo se fuera aún que sea por unos minutos y poder sentirme feliz. Me acerque más a Tom, acaricie su mejilla con suavidad y lo acerque a mi besando sus suaves labios de una forma tierna.

-Te amo trenzudo, no tengas miedo de nada... -Murmuré entre besos. -Solo deja que el miedo desaparezca por algunos momentos.

Sentí su sonrisa contra mis labios y al igual que el sonreí, sus brazos rodearon mi cintura y yo rodeé mis brazos alrededor de su cuello, todo el estrés, miedo y nerviosismo desapareció, ahora solo estaba atenta al beso que estábamos compartiendo y lo lindo que se sentía este momento ahora mismo, no quería nada más, solo quería que este momento durará para siempre y no terminará, quería que esto fuera eterno.

Sus manos bajaron lentamente y dio una fuerte palmada en mi trasero haciéndome saltar, el de trenzas siempre era travieso y arruinaba los momentos tiernos volviendo de estos más atrevidos y calientes pero era gracioso, no me quejaría ni lo alejaría cuando finalmente teníamos algunos segundos de comodidad.

-¡Tom, comportate! -Dije entre risas dándole un suave golpe en el hombro. -No puedes tener ningún momento serio...

-Me encantas demasiado, ¿Sabias? -Sonrió mordiendo su labio inferior.

-Y tu me encantas a mi. Promete que no me dejarás nunca, por favor... -Suspire y lo bese nuevamente.

La sonrisa de Tom se desvaneció rápidamente. -Sabes que no te puedo prometer nada en estos momentos pero lo que si te puedo prometer es que pase lo que pase, este donde este, siempre estarás en mi corazón y en mis pensamientos...

Sentí como las lágrimas amenazaban salir de mis ojos, me estaba negando a la dolorosa realidad y era obvio. El de trenzas paso sus dedos con delicadeza en mis mejillas limpiando algunas lágrimas que habían salido, lo amaba tanto que hubiera echo todo lo posible para evitar que el no se fuera de mi vida y cayera en un lugar que claramente sería horroroso pero ya no había nada que hacer, ya no podía evitarlo de ninguna forma aún que lo quisiera.

scream  𝒇𝒕. 𝑻𝒐𝒎 𝑲𝒂𝒖𝒍𝒊𝒕𝒛.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora