𝓒. 29

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— Lara Schneider.

En las últimas semanas de la universidad, Christian había desaparecido definitivamente, al principio de los días no me pareció extraño ya que era una persona que faltaba algunos días en la universidad pero ya casi se cumplía un mes donde nadie ni sus amigos sabían algo de él.

Yo no era tonta, sabía perfectamente que Tom tenía algo que ver con la desaparición de Christian aún que el actuará como inocente, yo sabía que algo debió haber hecho para que Christian dejara la universidad o desapareciera tan repentinamente, decidí hablar con el sobre el tema pero siempre lo evitaba.

Ahora, nos encontrábamos en un departamento que habíamos comprado recientemente para tener nuestra casa propia y no complicarnos tanto con el asunto de rentar y no tener un lugar seguro para nosotros, al principio dude pero el de trenzas insistió bastante, se preocupaba bastante con el tema de mi embarazo incluso se preocupaba más que yo.

El de trenzas estaba tirado en la cama viendo la televisión tranquilamente, estaba sin camisa y con unos pantalones de pijama holgados mientras yo estaba parada en la puerta, vestida con una blusa de color blanco, tirantes delgados y una mini falda color negro. El de trenzas intento seducirme todo el día y noche pero esta vez no caería en sus encantos, estaba realmente enojada y no quería nada más que la verdad.

Me senté en la orilla de la cama y lo mire con mucha seriedad, el me miró con ojos asustados y era obvio que algo había hecho, de tan solo mirarlo el se delataba solo.

—Tom, ¿Que hiciste? —Pregunte intentando sonar calmada.

El forzó una sonrisa y hablo con voz temblorosa. —Nada... ¿Por que lo preguntas?

Yo solté un pequeño suspiro en un intento de calmar mi enojo y cruce mis brazos por encima de mi pecho, mi mirada seguía fija en sus ojos esperando una respuesta sincera pero al notar que el no diría nada, yo insistí.

—Algo hiciste, se sincero, ¿Que le hiciste a Christian? —Mi voz sonó más firma que anteriormente.

—Rubia yo no hice nada... —Contestó aún con su sonrisa forzada tirando de sus labios, lo mire con más enfado hasta que admitió. —Tal vez lo mande con diosito, solo TAL VEZ.

—¡Tom Kaulitz Trümper, me dices ya mismo que mierda hiciste! —Ordené ya sin controlar mi enojo, maldito idiota.

El rápidamente se levantó de la cama cubriendose con una almohada, parecía un niñito pequeño asustado, se hacía el inocente, bonito y chiquito pero solo fingía, no era estúpida como para creerle ni una sola palabra.

—Mi amor preciosa de mi corazón, escuchame por favor. —Hablo con una voz de bebé tierno, manipulador de mierda qué era. —No le hice nada, yo no tengo nada que ver.

—Tom, dime de una vez.

—Esta bien, te diré la verdad pero calmate. —Se acerco con lentitud hacia mi y dejo la almohada hacia un lado.

Envolvió sus brazos alrededor de mi cintura y comenzó a besar mi cuello con pasión, subió su labios hacia los míos besando de estos con suavidad pero rápidamente en algunos segundos me beso con una lujuria impresionante, nuestras lenguas entrelazadas entre sí en una baile sensual. Por un momento todo a mi alrededor desapareció por completo. Se alejo un poco del beso, nuestras caras a tan solo centímetros, baje mi vista a sus labios los cuales estaban mojados y llenos de saliva.

Sus dedos comenzaron a viajar con lentitud por mis muslos casi llegando a mi punto sensible, los escalofríos corrían por todo mi cuerpo y mi piel se erizo, hasta que me di cuenta que solo me estaba provocando para desviar el tema de Christian y no contestar ni una de mis preguntas.

—No haré nada a menos que me digas la verdad. —Ordene alejándome del beso.

El hizo un tierno puchero como en súplica. —Por favor, rubia... —Insistió pero negué. —¡No te cuesta nada amor! —Siguió pero nuevamente negué. —Bien... Le di un pequeño sustito y se murió. —Confesó de mala gana.

—¡Tom, como mierda se te ocurre hacer tal cosa! —Exclame con más enojo que antes.

El de trenzas nuevamente se acerco hacia mi, me empujó para que quedara acostada boca arriba en la cama y el se puso encima de mi, nuestros rostros nuevamente estaban a tan solo centímetros de distancia tanto que pude sentir su aliento desesperado y de furia en mi cara.

—Ese hijo de puta quería quitarme algo que me pertenece y no voy a permitir eso de ninguna manera. —Se acercó más, sus labios rozaron con el lóbulo de mi oreja y susurro con suavidad en mi oído. —Rubia, te quiero, te quiero a ti y nuestra pequeña Noah, si fuera así de fácil te haría cinco hijos para marcarte de todas las formas posibles, eres mía en todas las posiciones y pronto lo serás por ley.

No podía negar que cada una de sus palabras me puso nerviosa, sentí el calor subiendo por mis mejillas poniendo de estas totalmente rojas. Tom siempre fue posesivo pero nunca pensé que fuera capaz de matar a alguien con el tan solo hecho que nadie me quitara de sus brazos, era peligroso y creo que nunca tome el peso de que Tom se creía Ghostface matando a gente.

➪𝗡𝗼𝘁𝗮.

Solo les quiero mostrar esto (me quedo horrible pero la intención es lo que vale)

Solo les quiero mostrar esto (me quedo horrible pero la intención es lo que vale)

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scream  𝒇𝒕. 𝑻𝒐𝒎 𝑲𝒂𝒖𝒍𝒊𝒕𝒛.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora