scream 𝒇𝒕. 𝑻𝒐𝒎 𝑲𝒂𝒖𝒍𝒊𝒕𝒛.

𝓒. 24

— Lara Schneider.

Ya tenía dos meses de embarazo, Tom se hizo como un perrito faldero mandilón qué me hacia caso en todo, me cuidaba bastante y eso me gustaba, que se preocupara por su bebé y no reaccionara de mala forma ya que tenía bastante miedo por su reacción pero fue un alivio que no lo tomo a mal y es responsable.

Ahora estábamos en una casa de uno de sus amigos, creo que era uno llamado Georg, esa manga de drogadictos qué siempre me cayeron mal pero los trato bien por convivir, aun que avecese caían bien y eran gracioso pero igual, manga de drogadictos.

Tom estaba hable y hable con Georg y los demás chicos, Gustav y Bill. Yo estaba sentada en su regazo viendo el celular, leyendo algunas cosas de la universidad y hablando con algunas amigas, aun que pareciera que era una antisocial que solo pasaba tiempo con su novio, también tenía amigas.

De la nada me comencé a sentir mal, sentí un ligero mareo y náuseas pero como no eran tan intensas solo me quede sentada en el regazo de Tom y lo vista seguía en el celular hasta que las náuseas fueron más intensas.

Sali corriendo al baño y me arrodille para poder vomitar, era emocionante tener un bebé pero no era emocionante tener náuseas, mareos y antojos raros, mi deseo por la mostaza se hacía más grande y ya era una maldita obsesión comer TODO, ligeramente TODO con mostaza.

Una vez que termine de vomitar, me dirigí de nuevo hacia donde estaba Tom y su grupito de amigos, ellos seguían hablando y Tom parecía con desinterés cuando literalmente acabó de ir al baño a vomitar, después se hace el preocupado el tan hijo de puta, si me deja le corto los huevos, bromita pero no tan bromita.

— Tom, vámonos. — Ordene con seriedad.

— Bueno cariño, me despido de los chicos y ahora voy. —Contesto con una sonrisa tan tierna, perrito faldero tan precioso.

Se despidió de los chicos, agarro mi mano y nos dirigimos hacia el auto, yo me senté en el auto de copitolo y el de trenzas en el de piloto, las sensaciones de náuseas y mareos habían disminuido pero aún seguía esa molestia de querer vomitar hasta votar las malditas tripas, así de molestas eran las putas náuseas qué sentía, mátenme de una vez o me pego un tiro yo, bromita, esto si es bromita.

Mientras Tom manejaba, su otra mano se dirigió hacia mi pierna la cual estaba descubierta por una mini falda que traía puesta, sus dedos hacían suaves caricias en mi muslo y eso provocó escalofríos por toda mi espalda.

—¿Quieres ir a casa a otro lugar? — Pregunto el de trenzas.

—¿Vamos a casa de Christian? — Bromeé.

Si mano rápidamente se retiro de mi muslo dejando de hacer esas tiernas caricias, su mandíbula se tenso por el enojo y sus manos apretaron el volante con fuerza haciendo que las venas de sus brazos se marcarán por la fuerza que apretaba de este.

De repente se estacionó en un lugar un poco oscuro, parecía ser un estacionamiento vacío, no había absolutamente nadie en ese lugar y me confundí porque se detuvo aquí.

Cuando se detuvo por completo apagando el auto, me agarro de la cintura y me tiro hacia el asiento de atrás quedando acostada en este, el de trenzas se puso encima de mi y su mirada demostraba todo el enojo que tenia ante la mención de Christian, también había un brillo de deseo en estos, cada vez que Tom se ponía celoso le daban ganas de follar, lo conocía perfectamente.

—Mira Rubia, escuchame una cosa y esto solo te lo repetiré una vez. — Advirtió con seriedad en su voz. —Me importa una mierda matar a Christian pero antes de matarlo, lo haré sufrir de tantas maneras que te dejaran impresionada, en cambio a ti, aun que estés embarazada te follare igual de fuerte qué antes hasta que no puedas caminar por una maldita semana y aprenderás que eres totalmente mía, ¿Entendiste?

Por unos largos minutos me quedé totalmente quieta sin saber como reaccionar ante sus palabras, cuando finalmente reaccione rápidamente asentí con la cabeza en forma de obediencia.

—Si, mi amor. Solo tuya... — Dije con voz temblorosa y una sonrisa forzada.

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Nunca los dejo sin actualización vvs