𝓒. 26

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— Tom Kaulitz.

En los últimos días todo era más complicado, la rubia ya tenía cuatro meses de embarazo y sus cambios de humor me daban un miedo tremendo, era bipolar y tenía que tener cuidado con las cosas que hacía porque la mínima cosa que hiciera y no fuera de su agrado, ni les cuento, ya tenía instinto de madre y era muy agresiva.

Ahora estaba en la universidad, Lara había llegado y se había ido al baño porque tenía náuseas, la estaba esperando fuera de los baños de chicas. La universidad obviamente se entero de su embarazo y le dieron algunos privilegios y cuidados, dijeron que podría ir solo hasta que tuviera seis meses ya que desde los siete meses se pone más complicado y también estaba el riesgo de que naciera prematuro, era común que pasara eso entonces la universidad le mandaría exámenes para casa hasta que el bebé naciera y podría volver cuando ya estuviera lista y sin complicaciones después del parto.

Me fui un momento hacia la cafetería mientras la rubia seguía en el baño, quería comer un sandwich, estaba muerto de hambre ya que no había desayunado y me levante lo más rápido posible para llegar temblando a la universidad.

—Hola señora, ¿Me podría dar un sandwich de jamón y queso? —Pedí amablemente.

La señora asintió y comenzó a preparar mi sandwich, yo espere pacientemente mientras veía mi celular para ver algunos mensajes, para ver mi lista y ver a quien tenía que matar, si, Christian todavía estaba en la lista y sería de los primeros.

Levante la vista por un momento para ver si la señora le faltaba mucho para terminar el sandwich, ya no le faltaba nada solo lo estaba metiendo al microondas para calentarlo, ella me miró y me guiño un ojo, para ser más claro, la señora tenía como treinta años, era casada y por lo que tenia entendido ya tenía dos hijos, no quiero sugar mommy, gracias.

—Aquí tienes tu sandwich y un jugo gratis, que lo disfrutes. —Dijo con una voz ligeramente seductora, donde esta mi mujer bipolar en entonces momentos que necesito su ayuda.

—Gracias señora, adiós... —Conteste amablemente pero incómodo, con rapidez me fui.

Volví hacia el lugar anterior, fuera de los baños de las chicas y seguí esperando a la rubia, me senté en una banca que habia cerca y espere pacientemente.

—Ya termine cariño, gracias por esperar. —La rubia salió del baño y sonrió tiernamente, más preciosa mi novia.

—¿Necesitas algo bonita? —Pregunte acariciando con delicadeza su mejilla.

Ella negó con la cabeza y se sentó en mis piernas acurrucandose contra mi pecho, yo la rodeé con mis brazos como si fuera una bebé, un suspiro de satisfacción salió de sus lindos y suaves labios lo que me hizo sonreír, era cómodo estar con ella y no importaba cuanto silencio hubiera, su presencia era suficiente para calmarme.

Ahora que éramos una familia, todo era más completo, en silencio prometí cuidarla y estar con ella en cualquier momento, en cualquier situación y donde quisiera que esté, yo estaría con ella sin importarme nada más que solo ella.

Su suave cabello rubio caía por sus hombros, sus labios eran gruesos delicados y con un color ligeramente rosa natural, sus lindas curvas encajaban perfectamente en mis brazos, con mis dedos comencé a trazar pequeños círculos en su sensible piel blanca, era fascinante pensar que todo su cuerpo me pertenecía a mi completamente, a nadie más que solo a mi y era un placer poder tenerla en mi vida, poder ser el primer hombre que la hiciera vivir tanta locura y perfección a la vez.

—Me encanta estar contigo... —Susurró con una sonrisa tirando de sus lindos labios.

—A mi me encantas tu, eres hermosa y perfecta, me encanta como te tengo. —Contesté acariciando su cabello enredando mis dedos entre el. —Quiero estar contigo todo el tiempo, hacer de todo contigo. Te amo, nunca me arrepiento de haberte agarrado de primera, eres tan mía...

scream  𝒇𝒕. 𝑻𝒐𝒎 𝑲𝒂𝒖𝒍𝒊𝒕𝒛.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora