𝓒. 25

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— Narrador omnisciente.

La pareja se encontraba en un parque, era de noche y las luces de la ciudad estaban totalmente apagadas, solo estaba la luz de la luna que iluminaba este parque donde estaba Lara y el de trenzas, ambos estaban sentados en los columpios moviéndose de atrás hacia adelante ligeramente.

Había un silencio en el ambiente, no era un silencio incómodo, al contrario, era un silencio cómodo entre ambos, un silencio que se podía disfrutar completamente.

—Lara, te amo tanto bonita… — Dijo el de trenzas rompiendo el silencio del ambiente.

La rubia sonrió y se bajó del columpio, se acerco al de trenzas y dejo un casto beso en sus labios el cual fue correspondido rápidamente por Tom, sus fuertes brazos rodearon su cintura mientras Lara rodeo el cuello de Tom.

—Qué tetotas... — Susurró el de trenzas apretando los pechos de la rubia.

—Tom ya, ni un momento tierno podemos tener hijo de puta. —Contesto la rubia cruzando sus brazos encima de su pecho separándose del abrazo.

El de trenzas soltó una pequeña risa divertida por el enfado de la rubia, la volvió a abrazar y dejo tiernos besos en la mejilla de Lara, parecía un niño pequeño pidiendo perdón.

Para el de trenzas era lo más cómodo estar con la rubia además que tenían gustos bastante similares, comida, música, mismo humor y muchas cosas más que tenían en común por lo cual el tiempo que pasaban juntos lo disfrutaban completamente.

De cierta forma Tom siendo un calenturiento no se podía resistir mucho con Lara, sabía que la tenía que cuidar y no hacer nada que pudiera lastimarla entonces eso lo controlaba de cierta forma, quería cuidar a su bebé y no ponerlo en peligro pero Tom...

— Tom Kaulitz.

De repente sentí la necesidad de tocarla, no de abrazarla ni nada, de tocar cada curva que pudiera encontrar en su perfecto cuerpo, nos conocíamos el cuerpo del otro a la perfección pero jamás me cansaría de verla desnuda, era como una obra de arte que estaba totalmente echa para mi, Lara era una mujer impresionante y perfecta ante mis ojos.

Cada vez que estaba cerca de ella era un impulso tal difícil de controlar el cual estaba intentando resistir desde el primer día que nos vimos, estaba embarazada y aun no le crecía tanto el vientre así que no tenía tantas dificultad de hacerle el chaka chaka nocturno, el fruti fantástico, bueno ustedes me entienden.

Pase mis manos su cintura y la acerque más a mi, nuestros labios a tan solo centímetros y sin duda alguna choque sus labios contra los míos, la suavidad de sus labios y su sabor a fresas era totalmente inexplicable.

Ella correspondió el beso pero fue todo lo contrario al mio, su beso fue tierno y suave mientras que yo la besaba con desesperación como si fuera el último beso que nos daríamos, ella parecía niña de casa y yo parecía adolescente puberto recién conociendo las hormonas pero a la niña supuestamente inocente le gustaba provocarme.

Sus manos se metieron debajo de mi camisa, tocando mi piel desnuda y cálida con sus dedos fríos, esto provocó escalofríos por toda mi espalda, mi piel se puso de gallina con tan solo tener de su suave toque.

Al parecer la rubia andaba muy provocativa ya que bajo sus manos y las metió en mi pantalón tocando la erección qué se había formado en estos, dio un ligero apretón en esta a través de mis bóxer.

De repente se separó del beso y yo frunci el ceño, pensé que algo le había molestado así que no dije nada y espere a que me dijera lo que le incomodo o molesto para poder solucionarlo.

—Ya no quiero nada, estoy embarazada ¿Recuerdas?

Me estafaron muchachos. —¡Lara no me dejes con las ganas! —Chille como si fuera un niño pequeño insistiendo por un dulce.

La rubia ya me había dejado duro como una roca, la tenía parada como la torre de París y me estafó, no podía obligarla pero ya que no la puedo follar toco hacerse la paja muchachos, BUENO, MUCHA INFORMACIÓN.

Nos tomamos de la mano y comenzamos a caminar hacia casa, el silencio volvió y me encantaba que cada silencio que había entre Lara y yo no era incómodo, era tan cómodo como si ese silencio expresara todo lo que las palabras no podían, dicen que las acciones cuentan aún más que las palabras.

Siendo sincero, yo no entendia nada de amor hasta que llego Lara a mi vida, antes de que Lara llegara a la universidad yo salía a matar gente disfrazado de Ghostface como si fuera un maldito pasatiempo normal que todo la gente hace, ¿Ustedes lo hacen? Es lo más normal del mundo, comenten.

La última vez que casi mato a alguien fue a Christian y la verdad ya no había hecho nada malo pero aún lo tenía en la mira, lo mataba si o si porque ni en pedo perdonó todas las cosas que le dijo a mi mujer, ya lo deje mocho de las manos, ahora de las patas.

Era impresionante como Lara no me podía dejar solo ni un segundo porque ya me estaba peleando con alguien o estaba metiéndome en problemas, me decía que era un niño pequeño que no tenía control de sí mismo y yo me reía en su cara cada vez que me decía eso ya que este niño supuestamente pequeño la hacía gritar de placer, bueno, mucha información de nuevo.

De cierta forma la Rubia tenía un control en mi vida que nadie más podía tener, era como si ella tuviera el poder de calmarme cada vez que lo necesitaba, hacerme entender lo que estaba bien y lo que estaba mal, cuidarme aún que me hiciera el fuerte y dijera que podía hacerlo solo, estaba ese vacío en mi corazón que jamás supe que existía hasta que llego Lara a llenarlo.

—¿En que tanto piensas Tommy? —Pregunto la rubia.

—¿Si me convierto en un piojo me amarías? —Pregunte con una sonrisa.

—Tu y tus preguntas Kaulitz...

Después de esa pregunta claramente estúpida y sin sentido, llegamos a casa, entramos en esta y nos dirigimos directamente hacia la habitación, nos tiramos en la cama y nos abrazamos tiernamente.

La rubia en pocos minutos ya se había quedado completamente dormida en mis brazos, yo le quede viendo el celular algunos minutos antes de quedarme dormido junto a ella, no sabía a la perfección si este amor duraría para siempre pero si tenía el riesgo de sufrir cuando esto acabará, estaba seguro que quería arriesgarme a vivirlo con mi hermosa rubia...

scream  𝒇𝒕. 𝑻𝒐𝒎 𝑲𝒂𝒖𝒍𝒊𝒕𝒛.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora