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Charlie no hizo ningún sonido cuando entró en la habitación que compartía con su novia, sus pasos eran cuidadosos; incluso si Vaggie siempre estaba tan alerta que podía notar un zumbido volando a una milla de distancia, no hacía daño intentarlo. Un pequeño suspiro de ensueño salió de sus labios mientras se dejaba caer de espaldas, sus rizos rubios se enredaban rápidamente detrás de su cabeza, desordenados como siempre.
ーCharlieー. Vaggie murmuró mientras se frotaba el ojo, bueno, ya se acabó el sigilo. ー¿Te quedaste despierta hasta tarde trabajando otra vez?
ーSí...ー Charlie se rió nerviosamente mientras su mano acariciaba cálidamente la mejilla de Vaggie. Siempre era adorable cómo ella inclinaba su cuello para inclinarse hacia el tacto, como un gatito.
Era tan perfecto estar tan cerca de su novia, en su cama. Vivir en el infierno significaba que nunca tuvo un ejemplo de cómo era una buena relación, incluso sus padres estaban tan divorciados que era casi cómico, pero si así era el amor en el infierno, solo podía imaginar que el cielo y la tierra palidecerían en comparación. Era casi como si estuviera saliendo con un ángel.
ーLo siento, es que- con la nueva fecha límite-
ーEstá bien, cariñoー. Vaggie movió su mano para acunar la mejilla de Charlie y darle un pequeño beso, que duró hasta un suspiro antes de continuar. ーSé que lo pasaste mal, pero me alegro de que estés aquí ahora.
Los ojos de Charlie se abrieron en esa adorable forma de cachorrito emocionado que Vaggie conocía tan bien y por la que ella luchaba. Lo único por lo que alguna vez luchó fue lo que importaba. ーLo estoy... y te juro que no voy a ir a ninguna parte.
Se besaron de nuevo, ahora más tiempo, más necesitadas. Los dientes de Charlie eran afilados y desiguales, algo que Vaggie había notado durante el primer beso y siempre se aseguraba de recordar cuando amenazaban con raspar su lengua. Otra cosa que conocía bien era la forma en que a Charlie le gustaba acercarla, apretarla. Cada vez que se besaban, ella necesitaba acercarse, como si quisiera fusionarse con Vaggie, fundir sus cuerpos en uno.
Si algo alguna vez importara, sería ella.
Vaggie tarareó mientras terminaba el beso antes de que se asfixiaran. ーSabes tan dulce como siempre, mi princesa.
El mismo sonrojo cada vez, tan predecible como presionar un interruptor y encender la luz, pero el golpe de dopamina fue instantáneo, la recompensa que ofrecía era tan agradable. ーOh, aunque tú eres más dulceー. Charlie se rió entre dientes.
Y Vaggie no pudo evitarlo, nunca podía hacerlo, así que dejó que su mano bajara hasta encontrar la cintura de Charlie. La curva hasta la cadera, la suavidad de su piel satánica. Sus dedos se apretaron a través de la tela de los pantalones del pijama, un suave gemido salió de los labios de su novia.
