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Solían verse mucho, después de todo eran ambas muy buenas amigas. Muy, muy buenas amigas, para su mala suerte. Porque desde ya hace tiempo que Vaggie había aceptado estar enamorada de Charlie. Y de cierta forma, le dolía un poco el no salirse de la zona del amigo. Aunque jamás había hecho algún esfuerzo por salir, quizá era por eso.
Algo curioso, fue que quienes supieron del enamoramiento, incluso mucho antes que la propia Vaggie, fueron Emily y Angel, chicos con los que conformaban todo un cuarteto dinámico.
...
Sonó la campana del receso y los alumnos gritaron. Hace tan sólo unos minutos tenían clases de matemáticas, así que era normal que estuviesen felices de que ya hubiese acabado. Si lo pensaba bien, ¿A quién en su sano juicio le gustan las matemáticas?
La siguiente hora la tendrían libre puesto que el profesor de Ciencias llevaba días enfermo. Así que la mayoría de los jóvenes salieron del salón con rumbo a la cafetería. Empujando y soltando maldiciones en el proceso, lo típico.
─Creo que Cherri se pasó con las pastillas. ─ Dijo una morena tratando de contener la risa.
El rubio sonrió. ─Bueno, Ems, ese tipo se lo merecía. ─ Emily alzó una ceja y Angel suspiró. ─Antes de eso, le atraparon tomándole fotos a las chicas en la hora de física.
Hace exactamente cuatro días, un pelirrosa conocida por ser una alborotadora, le introdujo unos laxantes al café de un profesor. ¿La razón? Ese viejo acosaba tanto a chicas como a su novio porque parecía un twink, y por supuesto que no se quedaría de brazos cruzados. Inclusive planeaba hacerle más cosas, pero para fortuna del tipo, sus compañeras le detuvieron. Si no, ese viejo ahora mismo estaría en el hospital.
Y sin órgano reproductor.
Vaggie sintió que las horas pasaron de forma rápida pues el timbre nuevamente se dejó oír. Gracias al cielo ya podrían irse a sus casas, tenía ganas de andar de vaga y usar su pijama.
─Vags. ─ Llamó una rubia apoyada en el marco de la puerta de la segunda clase C.
Al ser un par de años mayor que la Carmine, claramente iba en otro salón, pero eso no era impedimento para pasar tiempo con ella cada que se daba la ocasión, había veces en las que no iba a clases y sacaba a Vaggie de la suya, un buen ejemplo, sí.
─Oh, ¡Charlie!─ Se lanzó dramáticamente a los brazos de la mayor. ─Hace mucho que no te veo. ─ Al decir aquello la contraria rió.
─No nos vemos desde hace cuatro horas, Vags. ─ Correspondió el abrazo y peinó sus desordenados cabellos claros.
Ambas vivían cerca de la casa de la otra, y eso era de suerte, ya que así tenían la excusa perfecta para irse juntas. Aunque sus casas estaban muy lejos del instituto, pero bueno, eso causaba más convivencia entre ellas.
Sentadas en una banca esperaban a que pasase algún taxi, aparentemente ninguna tenía ganas de caminar.
─Uh, creo que va a llover. ─ Dijo Vaggie después de contemplar el cielo, que estaba repleto de nubes grises.
─No lo creo, Vags. En la mañana hubo mucho calor así que es improbable que llegue a- ─ El sonido de miles de gotas de agua le interrumpió. ─Llover. ─ Completó con una mueca de ¿es en serio?
Casi al mismo tiempo se levantaron de la banca, ambas dispuestas a caminar, o correr si era posible. A buena hora los taxistas no aparecían.
De un momento a otro la lluvia intensificó e inclusive las gotas llegaban a doler y eso era molesto. Charlie durante la apresurada caminata no había podido dejar de ver la mano de su amiga, dentro de sí sentía un fuerte impulso por querer tomarla.
¿Estaría bien si lo hiciese? ¿Vaggie se sentiría incómoda? Frente a ese último pensamiento trató de alejar su mano, a la cual le faltaban sólo un par de centímetros para unirse con la otra. Pero no logró hacerlo, de forma inconsciente ya la había tomado. Dirigió la vista hacía su derecha. A la menor no parecía molestarle.
─Vags, sostén mi mano. ─ La nombrada parecía estar a punto de responderle a la mayor, pero se vio cortada cuando Charlie comenzó a correr; siendo seguida por una sorprendida, pero feliz chica, que con una sonrisa boba admiraba sus manos entrelazadas.
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