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El portal se cerró frente a ellas en el tranquilo vestíbulo del hotel. Un silencio inquietante se apoderó de ambas, salvo por la respiración agitada de Charlie por la frustración y la desesperación. Vaggie no se atrevía a levantar la vista desde donde estaba arrodillada en el suelo, temerosa de lo que vería. Sus brazos temblaron ligeramente mientras se esforzaba por sentarse, manteniendo la mirada en el suelo.
ー¡Espera!ー Charlie gritó, lanzándose hacia el portal justo cuando se cerraba. Adam se burló por última vez antes de que el portal desapareciera y ella aterrizara en la pared adyacente. ー ¡MIERDA!— El puño de la princesa chocó contra la pared mientras gritaba, astillando el panel de yeso y la viga sólida detrás de él con un crujido.
Vaggie levantó la vista y vio a la rubia parada allí por unos momentos y respirando profundamente antes de girar sobre sus talones. El ángel caído la miró a los ojos por un breve segundo antes de que Charlie desviara la mirada, pero eso fue todo lo que hizo falta para que su corazón se rompiera. Traición y miedo fue todo lo que Vaggie vio en ese breve momento, y sintió que le empezaba a llorar el ojo.
ーCharlie, por favor, yo... puedo exp...
ーNecesito algo de tiempo a solas.
Dijo la princesa en un tono triste que Vaggie nunca había escuchado antes, y la rubia pasó, evadiendo la mano que se acercó a ella vacilante. Charlie no había logrado salir por las puertas principales cuando un sollozo de angustia brotó de ella.
…
Charlie había estado fuera todo el día desde entonces.
Vaggie se levantó del suelo poco después de que Charlie cerrara la puerta detrás de ella y trató de mantenerse ocupada en el hotel. Aún había cosas por hacer, independientemente de su relación turbulenta con su novia. Sorprendentemente, Angel Dust se mantuvo alejado de ella casi todo el día, pero podía adivinar que era más por miedo a recibir represalias verbales por algún comentario.
Sabía que debería habérselo contado a Charlie hacía mucho tiempo, sabía que era culpa suya. El miedo a perder a Charlie fue suficiente para que nunca diera más detalles cuando le preguntaba sobre su pasado. Y ella, sinceramente, tampoco quería pensar en eso. Estaba muerta de miedo. Charlie la odiaría, la echaría del hotel y no querría volver a verla nunca más.
Y ella se lo merecería. Ocultó la parte más grande y crucial de sí misma. Por supuesto, técnicamente ya no era un ángel, pero en realidad no importaba, ¿verdad? Había renunciado a esa vida en el momento en que perdonó a ese niño, y Lute la mutiló y la dio por muerta. Las únicas cosas que le importaban ahora eran Charlie y el hotel.
Y si Charlie la rechazaba, ¿a dónde acudiría? ¿Qué haría? Ella no tenía nada, Charlie literalmente la había salvado cuando la encontró hace tantos años. Y si alguien fuera del hotel alguna vez descubriera que ella era un ángel, y peor aún, que solía ser una exorcista, estaría muerta antes de bajar la colina hasta el final del camino de entrada.
