¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Esto era un desastre. No había otra forma de decirlo: tenía una calamidad en sus manos; un completo y absoluto fracaso de su parte…
Charlie se había olvidado de llevar bocadillos a la noche de juegos.
¡Todo el evento había sido idea suya en primer lugar! Y ahora, bueno, todo se arruinó antes de que tuviera siquiera la oportunidad de comenzar. Charlie caminaba en círculos por el suelo, mirando el reloj de pie elaboradamente decorado, una de las muchas donaciones de Alastor al Hotel, cada vez que pasaba por allí (aunque tenía la persistente sensación de que él iba a cobrar esas cortesías más temprano que tarde)
La mesa en el centro de la habitación había sido preparada con todo tipo de juegos de cartas, variedades de fichas de diferentes colores y un par de bowls alarmantemente vacíos. Esto iba a ser un desastre: no se podía tener una noche de juegos sin bocadillos, todo el mundo lo sabía. No había exactamente muchas formas divertidas de pasar el tiempo en el infierno, bueno, aparte de las obvias, y Charlie no tenía ningún deseo de abordar ese tema en particular mientras Angel Dust estuviera a una distancia que pudiera escucharle, así que esto había sonado como una buena idea en ese momento
La puerta crujió y el sonido hizo que Charlie se sobresaltara. Sus ojos se dirigieron al reloj, los habitantes del infierno no eran conocidos por su puntualidad, e incluso si lo fueran, no esperaba a nadie hasta al menos durante unos minutos más.
ー¡Ahí estás! Te he estado buscando por todas partes.ー Vaggie cerró la puerta de una patada detrás de ella, con ambas manos ocupadas cargando bolsas marrones de aspecto pesado que hicieron que Charlie se preguntara cómo abrió la puerta en primer lugar.
ーHey, ¿qué pasa con… todo eso?ー Preguntó Charlie, agitando un dedo hacia las misteriosas bolsas. Vaggie no le respondió, sino que vació con cuidado su contenido sobre la mesa. Charlie no ocultó su sorpresa, algo rápidamente reemplazado por una sonrisa.
ーEstaba en la ciudad y, sabiendo que cuando empiezas te olvidas de cualquier otra cosa que no sea el trabajo, pensé en asegurarme de que tengas todo lo que necesitas para esta nocheー. Al mirar dentro de la segunda bolsa, Charlie descubrió que también estaba llena hasta el borde con todo tipo de dulces, bocadillos y… ¿alcohol? Le levantó una ceja a su novia. ーNo es nada alcohólico. Por favor, ¿quién crees que soy?ー Vaggie le aseguró.
ーPensé que no te agrada la noche de juegos.ー dijo Charlie, recordando los comentarios bastante escépticos sobre todo el asunto que escuchó ayer.
ー¿Quién dice que sí? Tal vez simplemente comparto cama con cierto demonio al que le gusta hablar -y cantar- sobre sus planes, extensamente.
