Orgullo

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-- Entonces si te vas a ir...

-- Debo de hacerlo, sabes que es muy tardado conseguir un permiso para quedarme.

El silbato de la locomotora anuncia que ya es tiempo de abordar, si no estuvieran prohibidos los viajes internacionales a través de portales hubiera sido más sencillo, sin embargo, eso también le hubiera quitado sentimiento a esta última charla que estaban teniendo.

Eric levanta sus maletas del suelo, dispuesto a marcharse sin hacer más escándalo pero el agarre de Grell en su hombro lo detiene. La parca carmesí lo ha detenido para darle un abrazo, cosa rara, pero considerando que posiblemente ya no se van a volver a ver dentro de un buen tiempo corresponde el abrazo.

-- Ten cuidado cuando llegues allá y ni se te ocurra meterte en problemas.. Sin mí -- Es lo que dice Grell antes de separarse y darle un pequeño puñetazo en el brazo. Eric ríe ante eso.

-- Y tu tampoco.

-- ¡Todos a bordo!

Eric va a decir algo más, sin embargo, Grell evita eso poniendo su dedo índice en sus labios y sonriendo con ligereza. Es la sonrisa más sincera que ha visto en Grell desde que le conoció y justo la ve cuando ya se va a ir.

Ignorando eso, Eric sube al vagón del tren y toma su asiento junto a la ventana. El pelirrojo lo despide con la mano y una sonrisa, mientras tanto, él solo sonríe con vaguedad y baja la mirada.

Grell había sido un buen amigo después de todo...
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Han pasado diez años desde aquella despedida, se han mantenido en contacto mediante cartas y eso pero definitivamente ya no era lo mismo que en sus "tiempos mozos", además, una cosa es la realidad que se plasma en las letras y otra la que en verdad esta sucediendo.

-- Sutcliff -- La voz de Will la saca de sus cavilaciones, ella sonríe al ver al elegante pelinegro detrás de ella -- ¿Qué estás haciendo aquí? La recolección va a dar inicio en un par de minutos.

-- ¿Y no quieres hacerla solo? ¿Te da miedo, querido~? -- William gruñe con molestia y Grell ríe al ver esa adorable reacción -- Ya ya, vámonos.

Era una misión un tanto "compleja": Por afuera, se trataba de un baile de beneficencia para el hospital infantil de St. Mary, organizado por Albert Chamber mejor conocido como el vizconde Druitt, pero debajo de esa fachada, en los sótanos de la mansión se estaba llevando otro tipo de reunión más exclusiva donde el opio, las armas y alguna que otra pobre niña eran las monedas de cambio.

Eran almas sin importancia, sucias, no había necesidad de hace un juicio tan amplio. Sin embargo, no solo los implicados en ese bajo mundo iban a perecer esa noche, muchos invitados, confiados en la nobleza del evento iban a morir en una espantosa estampida humana, una masacre de esas magnitudes era el banquete perfecto para cualquier demonio oportunista que se cruzara en el camino, por eso su misión era infiltrarse y asegurarse que eso no sucediera.

William era un amante de la discreción, él creía que las parcas debían trabajar desde las sombras y estaba en lo correcto. Sin embargo, su compañero no pensaba eso, tuvieron que hacerse pasar por "invitados" del vizconde para colarse en el evento. Lo cuál condujo a unos agobiantes momentos de convivencia por puro capricho de la parca carmesí.

Se escuchan gritos alterados desde el sótano, la primera bala sale disparada y de ahí empieza una lucha en la cuál todo sale mal, uno de ellos sin embargo, logra salir de la sala a la planta superior. Todo mundo se queda pasmado ante la imagen de ese hombre mal herido que ignoran las advertencias de sus gritos, el pánico aumenta cuando el sonido de las detonaciones se escuchan en el salón.

Caminos encontrados ~Undergrelliam fanfic~ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora