Plan

40 7 11
                                    

-- Ajá sí, me encanta el entusiasmo pero no podemos entrar a la sede y salir como si fuera un hotel.

-- Lo sé, además no nos convendría atacar los tres al mismo tiempo. Nos detendrían muy rápido -- El peliplata pareció pensarlo por un momento y después sonrió ligeramente -- Tengo una idea. Es arriesgada pero puede funcionar~

-- Bien, ¿De qué va tu idea?

-- Bueno Grelle, necesito que tú y el joven Eric...
****

-- S-Suéltame... -- Murmura Grell agotada mientras seguía forcejeando para liberarse del agarre que tenía Eric en sus muñecas -- Tú... ¡Maldito traidor!

Eric no dijo nada, solo se limitó a bajar la mirada con algo de pesadez mientras una multitud de parcas se arremolinaba alrededor de los recién llegados. Avanzar por la recepción fue una auténtica odisea, no solo por la multitud sino porque la parca carmín parecía haber sido arrastrada por un carruaje antes de llegar, con sus ropas rotas, marcas de cortadas, su cabello revuelto y Eric tampoco se veía del todo bien, se veía cansado y desalineado, justo como alguien que había salido apenas de una pelea.

-- ¿¡Qué esta sucediendo aquí?! -- La voz de William resalta entre las parcas espectadoras y hace que todas guarden silencio -- ¡Todo mundo a sus estaciones de trabajo, no hay nada que ver aquí!

Apenas dice eso la multitud se disipa, dejando solo a los dos rubios, la pelirroja y el pelinegro ahí a la mitad de la recepción. La cara de William refleja a la perfección la sorpresa y el dolor que siente ante la situación, sin embargo, después de aclarar su garganta es capaz de dirigirle la palabra a Slingby.

-- ¿Dónde le encontró, Slingby?

-- La encontré en un callejón merodeando -- Grell se sacudió fuertemente cuando habló -- Solo espero que con esto ya por fin dejes de explotarnos, Spears.

-- ¡Suéltame! ¡Ya no tengo nada que hacer aquí!

-- Claro que sí -- Interrumpió William jalando del cabello a la pelirroja para así poder subir su rostro y verla a los ojos -- Tienes que pagar tus crímenes cometidos contra la sede, Grell Sutcliff.

Ella no le contesta nada, solo alcanza a gruñirle ligeramente antes de que un par de agentes de la sede la tomaran por los brazos y se la llevaran casi a rastras. William suspira con pesadez y arregla un poco su corbata cuando la ve desaparecer, después dirige su mirada a Slingby y asiente.

-- Buen trabajo Slingby, logró en seis meses lo que varios agentes no pudieron -- Acomodó un poco sus gafas antes de seguir hablando -- Debo admitir que es hasta increíble...

-- Bueno, la conozco Spears. Sé que ella no es alguien que disfrute de estarse quieta, así que era obvio que iba a aparecer en alguna zona violenta de la ciudad -- Contesta Eric con tranquilidad pero al mismo tiempo algo de dolor -- Aunque atraparla fue todo un martirio...

-- Me imagino -- William respira hondo y vuelve a asentir -- Puede tomarse el resto del día, Slingby. Considere esto un adelanto a su recompensa por la captura de Sutcliff, mañana por la mañana recibirá su condecoración. Aunque también tendrá que aclarar un par de cuestiones...

-- ¿Cuestiones?

-- Sobre cómo le capturo, además, siguiendo el protocolo de la sede el agente Sutcliff tiene derecho a un juicio, usted tiene que estar presente ya que estuvo presente en la noche de su fuga.

-- Agh esta bien -- Dijo encogiendo sus hombros -- Entonces nos veremos después, Spears.

William respondió esa despedida con una ligera reverencia. Mantuvo la calma pese a los rumores que empezaron a correr en los pasillos hasta que, finalmente, pudo refugiarse una vez más en la seguridad de su oficina. Solo es cuando esta solo que se atreve a dar un pequeño puñetazo de ira a un librero que tenía ahí.

Caminos encontrados ~Undergrelliam fanfic~ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora