Cercanía

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La pelea entra las dos parcas había sido por decir lo menos desastrosa, claro que el nivel de destrucción que ambos habían hecho no se apreció como tal hasta la mañana siguiente.

-- ¿¡Por qué tengo que recoger todo esto solita?! -- Se quejaba la parca carmesí que estaba de rodillas en el suelo, recogiendo las herramientas fuera de su lugar.

-- Te recuerdo que tu fuiste la que iniciaste todo, Grelle. Si me hubieras dejado dormir en paz otra historia sería~

Grell ya no dijo nada, solo se limitó a hacer pucheritos mientras seguía con su trabajo de ordenar aquel chiquero de habitación. Ella odiaba eso, no estaba hecha para andar limpiando pisos y ser una sirvienta, sin embargo, debía reconocer que ella misma se lo había buscado al perturbar el sueño del sepulturero.

Además, si ese era el precio que tenía que pagar por haber descubierto el pequeño y jugoso secretito de su "salvador" con gusto lo pagaría. En cierto grado le emocionaba saber que estaba compartiendo techo con alguien de su misma naturaleza, aunque eso al mismo tiempo daba pie a muchas otras preguntas como quién era, si llevaba mucho tiempo en el mundo humano, si había escapado quería saber la razón o si lo habían exiliado de la sede.

Pero a juzgar por su reacción cuando descubrió sus ojos y la "pequeña" pelea que tuvieron, intentar sacarle información sobre su pasado iba a ser todo un dolor de cabeza. Tuvo que haber pasado algo realmente horrible para que repudiara hasta el hecho de llamarse parca, ella quería saber que, la curiosidad se la estaba comiendo viva.

-- Entonces fue por eso que me ayudaste... -- Mencionó Grell de repente mientras veía su propio reflejo sobre el piso mojado.

-- ¿Dijiste algo, donita?

-- Que fue por eso que me ayudaste -- Dijo con una pequeña risilla -- Mis ojos, sabías lo que era desde el principio ¿No es así?

-- Mmm, sí en parte sí, pero ya te había dicho que fue más por pura curiosidad -- Dijo él sonriendo para después volver a su tarea de pulir una urna -- ¿Ya estás lista para decirme cómo llegaste a ese callejón, pequeño ratón?

--Mmm... No, hoy no~ -- Dice acomodando uno de sus mechones de pelo detrás de su oreja -- Hablaré cuando quiera, viejito.

-- ¿Oh? ¿Ahora soy un viejo?

-- Bueno, no recuerdo haberte visto en la academia cuando era estudiante. Por ende deber ser mayor que yo~

Undertaker aparentemente quería contestar, sin embargo, solo se limitó a ignorarla y dejar que ella siguiera especulando todo lo que quisiera. Así fue casi todo el resto de la tarde, ella hablaba hasta por los codos y de vez en cuando le provocaba ataques de risas que desacomodaban las cosas de la tienda.

Y los días empezaron a pasar de la misma manera, Grell era alguien inquieta, ocurrente, una gran platicadora, debía admitir que habían pasado años desde que su funeraria estuvo tan llena de ruido y algarabia, además de que ahora tenía un cierto toque femenino debido a las cantidades exageradas de perfume que la pelirroja usaba para arreglarse.

Porque sí, algo que también debía de admitir era que la parca carmesí era vanidosa a más no poder, le encantaba ponerse los vestidos que las difuntas ya no usaban (Claro, siempre y cuando no hayan muerto de algo infeccioso), fingía que era una aristócrata y bailaba en medio de la sala de creación de ataúdes cuando él fingía no verla, era todo un espectáculo ver aquel torbellino carmesí expresarse, era hasta un poco hipnótico si lo pensaba bien.

Ella era rara, pero chistosa, no muchas personas y mucho menos mujeres lograban pillar su tipo de humor y ya ni se diga de seguirle el paso. Sin embargo, Grell podía contestar su humor oscuro con algo todavía más oscuro y ocurrente.

Caminos encontrados ~Undergrelliam fanfic~ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora