Tratamiento

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-- ¡Muy buenos días~!

El saludo, acompañado de la quemante luz del sol que pasa por la ahora descubierta ventana hace que la pelirroja gruña y se esconda bajo las mantas. Han pasado tres días desde que huyó del mundo shinigami, tres días siendo "huésped" de aquel extraño hombre que se llamaba "Undertaker", aunque siendo honesta no creía que ese fuera su verdadero nombre.

-- Vamos huesitos, tienes que salir de ahí si quieres comer algo -- Ante eso, la bola de mantas que era Grell se hizo más cerrada -- ¿O quieres que te de alimento por suero? Sería un honor para mí picar tus venas~

Con un chasquido de lengua, Grell accede a deshacer su caparazón de mantas para tomar el desayuno que ha preparado el sepulturero: Esta vez son huevos estrellados con un poco de tocino, un desayuno bastante normal si no fuera porque la taza de té con la que lo iba a acompañar tenía forma de cráneo.

-- Eso es, parece que vas recuperando tu fuerza, huesitos.

-- No me llamo huesitos -- Murmuró la pelirroja antes de darle un pequeño mordisco al tocino -- Esa es una forma muy irrespetuosa de dirigirse a una dama.

-- Pero si me regañaste la última vez que te dije señorita huesitos -- Replicó él con el mismo tono que usaría un niño pequeño para excusarse.

-- ¡Porque ese no es mi nombre! -- Gritó ya completamente molesta -- Te he dicho miles de veces que mi nombre es Grell.

-- Lo sé, lo sé, pero seamos honestos, ese nombre no te va.

-- ¿¡Disculpa?! ¡No creo que alguien que se haga llamar "Undertaker" tenga derecho a decir eso de mi bellísimo nombre!

-- Pero mi nombre es perfecto para mí, en cambio el tuyo no te sienta...

Mientras el peliplata se dedicaba a examinarla con curiosidad, ella solo suspiró resignada. Ese hombre era el más molesto que había conocido en su vida, era parlanchín, se reía hasta de las más simple situación y para colmo no dejaba de ponerle apodos a cada segundo, "huesitos" "venditas", era irritante a más no poder. Ahora entendía como se sentía el gerente cuando lo llamaba por su apodo de "Wiru".

William...

La molestia que sentía se transformó en tristeza ante el recuerdo del gerente, ¿qué estaría haciendo ahora? Bueno, su escape y todos los daños materiales que causó en el proceso tal vez ahora lo tenían en bastantes problemas pero esa noche estaba tan desesperada por huir que no volteó atrás ni un segundo...

¿William fue tras ella cuando saltó el portal? ¿Acaso ya había mandado equipos de parcas a buscarla? No, seguro que no, o bueno tal vez si la estaban buscando pero no con la intención de ayudarla, más bien la estarían buscando para que pague por todo lo que hizo, era una criminal y alguien tan importante como el gerente de la sede no podía darse el lujo de perder su tiempo en criminales...

-- ¡Grell! -- La pelirroja se sobresalta ante ese grito, aunque el hombre parece divertido por esa reacción -- Te di un buen susto, ¿en qué tanto pensabas?

--... No es de tu incumbencia.

-- Si tu insistes~ -- Contestó encogiendo sus hombros -- Debe ser algo muy importante como para que ignoraras el hecho de que te voy a cambiar el apósito ya.

-- ¿¡Qué?! ¿¡Ahora?! -- Grell no puede evitar subir la manta hasta su pecho, como si eso la fuera a proteger de lo que se avecinaba -- Pero apenas desperté...

-- Bueno la última vez que intenté hacerlo mientras dormías recibí un almohadazo de recompensa.

-- ¡Eso era lógico! ¿¡A quién se le ocurre meter mano en la ropa de alguien cuando duerme?!-- Un suspiro se le escapa después de decir eso pues un pequeño flashback en donde Will le hizo un reclamo similar cruzó por su mente -- ¿Es muy necesario cambiarlo?

Caminos encontrados ~Undergrelliam fanfic~ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora