Intensity
Draco Malfoy
Estuve con Deva en su hora libre lo admito había ajustado mi horarios para que nuestras horas libres coincidieran, pero no hicimos nada la notaba algo preocupada, pero por más que le preguntaba no me decía lo que sucedía.
-¿Linda? ¿Estás bien? - Le dije intentado que me mirara pero ella seguía perdida en sus pensamientos.
-¿Linda?, ¿Deva? - Por fin volteó a verme.
- ¿Si amor? Perdón - En ese momento se dio cuenta como me había llamado y abrió los ojos mientras se ponía roja, a mí se me formó una sonrisa en el rostro.
Me había llamado "Amor" no se imaginan lo que eso me hizo sentir, dios amaba como sonaba aquella palabra saliendo de su boca y más dirigidas hacia mí.
-¿Cómo me llamaste? - Reía mientras lo decía.
- Basta se me salió sin querer.
- Repítelo.
- No quiero.
Cuando me respondió que no comencé a hacerle cosquillas, sabía que ese era su punto débil.
-Quiero que lo digas de nuevo.
- No quiero - Siguió negándose entre risas.
Pare de hacerle cosquillas y tome sus manos poniéndolas arriba de su cabeza mientras se las agarraba, no voy a negar que me gustaba tenerla de esta forma sumisa, aunque también disfruta cuando ella quiere tomar el control. Sin soltar sus manos me acerqué y la bese en los labios, ella me siguió el beso.
Una vez que ya dejamos de besarnos le pregunté - ¿Ya lo repetirás? ¿O quieres que siga?
-Si amor, ¿Ya estás feliz? - Sonreí y volví a besarla.
- Desde hoy estás obligada a llamarme así todo el tiempo.
- ¿Y qué pasa si no quiero? - Soy muy consciente que lo hace para provocarme y dejarme con las ganas, pero estoy dispuesto a caer en su juego.
- Sabes muy bien que pasaría, Linda - Comencé a meter mi mano dentro de su falda mientras ella me miraba con una sonrisa.
Por un momento creí que me dejaría y que terminaríamos teniendo uno de los mejores polvos de nuestras vidas, pero justo cuando me estaba acercando a sus bragas logró sacar una de sus manos de mi agarre y detuvo mi mano quitándola de allí.
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Intensity | Draco M.✔️
Fanfiction«Cada que la veo, no puedo evitar pensar en que la estoy traicionando, sin poderme controlar. Cada vez que nuestras miradas se cruzan, sin demora, mi cuerpo se llena de deseo, y el pecado valora » Nadie sospechaba que lo que nuestra reputación arrui...