«Cada que la veo, no puedo evitar pensar
en que la estoy traicionando, sin poderme controlar. Cada vez que nuestras miradas se cruzan, sin demora, mi cuerpo se llena de deseo, y el pecado valora »
Nadie sospechaba que lo que nuestra reputación arrui...
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Deva Selwyn
Draco durmió en mi habitación, estábamos abrazados con mi cara en su pecho cuando unos golpes en mi puerta nos despertaron.
- Deva ya despierta - Era mi mamá del otro lado de la puerta.
En serio agradezco haber cerrado la puerta con seguro porque si mi madre hubiera entrado a mi habitación y hubiera visto que estábamos dormidos en la misma cama, le hubiera dado un infarto.
- Si mamá, ya bajo a desayunar.
- ¿Tu amigo está allí contigo?
Voltee a ver a Draco en pánico mientras él se frotaba los ojos terminando de despertar.
- No ¿Por qué?
- Es que no está en la habitación de invitados, fui a despertarlo pero no me contestó.
- Debe estar dormido o quizás salió a caminar un poco, siempre le gusta hacer eso por las mañanas mamá.
- Mmm, okey baja a desayunar.
Mi madre se fue y voltee a ver a Draco, para mi sorpresa este había vuelto a dormir no se dio cuenta de que literalmente casi mi madre nos descubre porque el sueño lo gano.
- Amor - Comencé a sacudirlo un poco para despertarlo.
Draco tomó la sábana y se cubrió, sin abrir los ojos aun.
- Amor ya despierta.
Me puse de pie y le quité la sábana del todo el cuerpo, luego abrí la cortina de la ventana de mi habitación haciendo que toda la luz le iluminara el rostro, pero en vez de despertarse tomó una almohada y se cubrió la cara.
Bufé con algo de frustración, volví a acercarme a él y le quité aquella almohada.
- Ya es hora de que te levantes.
- Un ratito más - Me respondió cubriéndose la cara de la luz con la mano.
- Amor, mi madre ya quiere que bajemos a desayunar - Le aparte las manos de la cara.
El tomo mis brazos y me jalo, haciendo que caiga encima de él.
- Un ratito más, Linda.
Comenzó a acariciar mi rostro, su dedo pasaba por las pecas que cubrían mis mejillas, luego bajo a mis labios los acaricio los tenía algo secos, sabía que mi madre estaba esperando abajo y teníamos que apurarnos, lo que hice para que ya nos levantáramos fue morderle el dedo haciendo que se apartara rápidamente.
- ¡Auch! ¡Linda!
- Shhh no grites mis padres te van a escuchar - Dije mientras me volvía a poner de pie.
