Esclava

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Sana pov:

—Vete a tu casa Tzuyu, no te quiero volver a ver. Fue un gusto conocerte, tú y yo ya no somos nada.— abrí la puerta dándole paso para que se fuera.

Ella me vio a los ojos, sus ojos llenos de lagrimas. Vio la salida y dio un paso

—No hice nada malo mi amor— se arrodilló frente a mí mientras ella lloraba —lo juro que no hice nada pero no me termines, yo te amo, te amo Sana.

—¡Vete Tzuyu, no quiero volver a verte!

—¡No!, no quiero irme, quiero estar contigo— Se aferró a mis piernas abrazándome mientras trataba de tomar aire de tanto que había llorado.

—Párate Tzuyu.

Se calmó y se levantó. Me abrazó y volvió a llorar para que le de una segunda oportunidad. No respondí a su abrazo

—Vete.

Me soltó y la vi irse lentamente cruzando la puerta.

Me quedé viendola por unos segundos pero no aguantaba la idea de verla con alguien más. Y darle el pase libre a esa niña estúpida del hotel.

Daba golpeteo con las yemas de mi dedo en la manija de la puerta.

Maldije por mi adentros y caminé, luego corrí un poco para alcanzar a Tzuyu antes de que llegué a la puerta gigante de madera que tengo como salida oficial.

—¿Eh?.— Me vio confundida al sentir que le tomé con fuerza de la muñeca.

—¿Querías que te azote y te haga mía? ¿Verdad?.— la llevé caminando rápido hacia la sala principal.

—Cómo...

—¡Silencio!.

Entramos a la sala y la llevé a mi oficina. Saqué una regla grande de esas de madera que usaba en mis tiempos de maestra de secundaria.

—Deseabas esto, ¿Verdad?.

—Sí...

—¡Cállate!.— me acerqué a ella e hice que se inclinará encima de mi mesa de escritorio.

—¿Estás enojada?.— su voz ahora era tierna.

—¡Qué te calles!, cierra tu puta boca Tzuyu, no soporto escuchar tu voz de perra arrepentida.

Bajé su short hasta dejarlo hasta a su tobillo sin bajar su bóxer.

—Escucha esto Tzuyu. No habrá mujer que te lleve a la cima cuando quieras sentir satisfacción— me incliné encima de ella susurrando cerca de su oído izquierdo —Solo yo sé qué y cómo te gusta— me levanté y di la primer azotada que fue suave.

—Mmhh~.

—Estoy por segura de que esa niña no te haría todo lo que yo te hago— le di un azote un poco fuerte. Ella movió su cuerpo al sentir mi regla de madera arder en su trasero.

—Noo~, ella no es como tú~

—Y ¿cómo soy yo?, ves que te acostaste con ella, maldita mentirosa— la azote con fuerza

—Tú eres muy dominante, sabes cómo me gusta, lo sabes bien~ y no me acosté con ella, solo le metía los dedos a su vagina. Pero eso fue antes de que tú y yo fuéramos novias.

La miré sorprendida y enojada, agarré sus dos manos que tenia como apoyo sobre la mesa. Las coloqué sobre su espalda como si fuera arrestada.

—¿Con estos dedos que tú metías adentro de mí?.— Me incliné un poco y chupe uno de sus dedos.

Pasión prohibida ' ˢᵃᵗᶻᵘ ᴳⁱᵖ 'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora