Pasión prohibida ' ˢᵃᵗᶻᵘ ᴳⁱᵖ '

desVELADAS

Tzuyu pov

Fue una noche hermosa y romántica, jamás pensé que este momento llegaría, aunque sí esperaba el día en el que Sana sea mi novia.

—¿Quieres pasar a la habitación?, no haremos algo que tú no quieras.

—Vamos.— me tomó de la mano, tomé su pequeño bolso, ella llevó su ramo y caminamos en busca de un ascensor.

—En serio no puedo dejar de mirarte, te ves muy hermosa.— y es que era cierto Verla con ese vestido mostrando sus hombros y su cabello largo ondulado hacía que no parara de mirarla.

—Gracias, jovencita.

Entramos al ascensor y Sana presionó el número nueve.

—Si me sigues viendo así querré besarte sin parar.

Reí abrazando su brazo.

Salimos del ascensor y entramos a una habitación, la habitación era hermosa de color blanco y beige.

Había una cama amplia, una cama matrimonial para una pareja.

—¿Te apetece ver algo en la tele?.— Sana tomó el control y prendió la tele buscando algunos canales que salen.

—Me apetece estar aquí contigo.

Sana me vio y me sonrió acercándose a mí. Se sentó en la orilla de la cama y yo me levanté gateando hacia ella para besarla.

—Hermosa.

—Yaaa Tzu.—se levantó y volvió a sentarse pero esta vez se quitó los tacones.

Volví a mi lugar y Sana se subió a la cama, ahora ambas estábamos en el mismo nivel.

Yo tenia su cabeza encima de mi brazo derecho mientras que ella me tenía abrazando.

—Mi niña— me sonrojé y le sonreí.—mi bebé.

Me acerqué un poco más para besar su labios, sentí sus uñas acariciar suavemente mi mejilla.

—Te amo, princesa.— ahora la que se sonrojó era ella.

Me levanté en busca del control del aire acondicionado, ya que empezaba a sentir calor. Lo dejé en 18°

—Amor.

Voltee a verla sorprendida por escucharla llamarme "amor".

—¿Sí?.

—Está muy frío el aire.

Le aumenté un poco más. Metí mi mano en mis bolsillo para sacar la llave de mi casa y mi celular, pero en eso algo salió a la vista de Sana.

—Uy, ¿Qué es eso?

—Nada, nada. No es nada.— levanté la cajita que mi madre me había dado. retrocedí ocultando por detrás de mí espalda.

—Muéstrame amor.— extendió su mano.

—No.— se levantó e intentó rodearme pero yo la esquivaba, hasta que me acorrolo con la pared quitándome la cajita de la mano.

—¿Condones?, ¿planeabas cojer en una cita así? En una noche romántica declarandome mi amor por tí.

—¡No!, cómo crees. No, yo no lo traje porque quería cojer mi ma-

Tomó mi mejilla y beso de golpe sin llegar a lastimarme. Escuché caer la cajita de condones al suelo.

—Tengo implantes, no es necesario usar condon por si querías cojer hoy.

Entró al baño dejándome sola, alcé la cajita y lo dejé en la mesita de noche.