Pasión prohibida ' ˢᵃᵗᶻᵘ ᴳⁱᵖ '

Tensión (la cita)

Sana pov:

Quería que Tzuyu se sintiera cómoda conmigo por lo que para mí la mejor opción fue invitarla a salir al cine y después divertirnos un poco en los juegos mecánicos. No sé porqué todo suena a como si fuera una cita romántica en lugar de ser un encuentro en el que tendremos que hablar seriamente.

Espero no encontrar a nadie en nuestra "cita".

Tomé las llaves de mi auto y manejé hasta la casa de Tzuyu, no pasó ni diez minutos de lo que la estuve esperando.

—Hola Sana, ¿dónde me siento?.— Tzu estaba afuera de mi auto indecisa por ir al lado del copiloto o ir en el asiento atrás, así que yo misma abrí la puerta del copiloto.

—buenas noches cariño.—nos saludamos con un beso en la mejilla.

—Y bueno... cómo estuvo su día?.— pude sentir el nerviosismo de Tzuyu al sentir mi mano cerca cada que agarraba la palanca de cambio al manejar.

—Pues bien, pienso renunciar no soporto estar ahí.

La realidad era que yo no soportaba mis celos y también porque ya no quería ser más una maestra de pre escolar.

—¿Qué?, no diga eso Chae se pondrá triste.

—Tú hermanita es un amor.

—hasta que se enoja.

—sii hasta que se enoja jajajaja, la otra vez persiguió con una tijera a uno de sus compañeritos.

—Para que veas que no siempre es un amor.

—Sí y bueno ¿de qué quería hablar conmigo?.

Quedé en silencio por un momento,tratando de pensar en cómo hablar con Tzuyu.

—Claro, no me hago problema.

Llegamos al centro de la ciudad, un lugar en el que había cafeterías, restaurantes, juegos, cines, tiendas de ropa. Estacione mi auto en un garaje y bajamos del auto.

No caminamos mucho hacia la cafetería, entramos al lugar y nos sentamos en una mesa de dos.

—buenas tardes señoritas, ¿qué ordenarán hoy?.

—para mí solo un capuchino, solo eso.

—¿y para su hija?.

—para ella... ¿qué quieres Tzuyu?.

—hee no sé, ¿tiene crema con fresas?.— sonrió al mesero esperando una respuesta positiva.

—Con suerte nos queda una última fresas con crema.

—Entonces quiero eso.

—¿Sólo eso cariño?.

Asintió y el mesero nos dejó solas.

—Tzu...

—¿Sí?.

—Tenemos que hablar de algo serio.

—ya me lo dijo.

—bueno entonces, a lo qué te cité fue para hablar de lo nuestro, nuestra amistad.

—¿Hay algo de malo en mi amistad?.

—Noo, no tengo ningún problema de eso me refiero a qué... sabes qué olvídalo.—me daba pena herir sus sentimientos y decirle que deje de hablarme.

—Enronces... ¿no hablaremos de algo serio?.

—Tzuyu, ¿a tí siempre te gustaron las mujeres mayores?.