Una estrella fugaz

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Continuación...

Mina pov

Es increíble cómo pasó tan rápido el tiempo y ahora estoy a cumplir nueve meses de relación con Tzuyu.

Ella decidió manejar hasta el lugar de nuestra cita, ella estaba tan emocionada de conducir ya que le había enseñado a manejar en nuestro tiempo libre.

Abrí la puerta del auto. Me sujete en el espaldar del sillón para estirarme y alcanzar ese maldito repelente que se había caído de mi bolsón al momento de sacarlo.

Logré agarrar el repelente y en eso sentí que Tzuyu me empujó haciendo que caiga en el sillón.

Se disculpó pero eso ya no importa.

El lugar estaba listo y ordenado, comimos todo nos divertimos un poco garabateando o pintando.

Empezamos a tocar el tema de mis relaciones pasadas y del porqué me divorcié de Elias.

De repente las dos nos poníamos cariñosas y melosas sin parar de demostrarnos cuánto nos amamos.

—Quiero preguntarte algo.— Tzuyu preguntó curiosa.

—Pregúntame lo que quieras.

—¿Aparte de Elias tuviste relación sexuales con otro hombre?.

—No, porque la mayoría de mi relación eran con mujeres.

—y... ¿te cuidabas cuando estabas con Elias?.

—Sí, pero había momentos en el que no.

—Y ¿No tenias miedo de quedar embarazada de ese tipo?.

—No jajaja eso era imposible.

—¿Por qué imposible?

—Tzuyu es estéril, nunca supe eso hasta que me casé con él y ahí se confesó.

—¿¡Qué!?, ¿es broma verdad?

—Así es, jamás llegué a embarazarme. Sus espermas salían muertos jajaja.

Tzuyu se empezó a reír pero también a sentir pena ajena.

—Qué feo caso, pobrecito.

—pero bueno dejemos de hablar de mí y hablemos de tí.— me coloqué seria para escucharla.

—¿De mí?.

-Sí... cuéntame, cuantas novias tuviste o mejor dicho "encuentros".

—Tuve una relación que duró dos meses con una chica en Corea. Yo tenía... creo que 15 años, no duró porque la chica me utilizó para olvidar a su ex.

—¿Y qué hay de tus encuentros?

—Bueno yo... bueno, te voy a ser sincera. Yo era ese tipo de chica que solo quería cogerse a las bonitas del curso o del colegio. Era muy coqueta, demasiado con las chicas.

—Ajam.

—y entonces las chicas me buscaban, yo no iba y les hablaba. Ellas me buscaban porque cuando llegué aquí a Japón, las mujeres me amaban cuando se enteraban que era una mujer intersexual. Mi ego subió.

—Igual que un hombre.— bromee.

—Hey, hey, eso es una ofensa para mí. Yo no pertenezco a ellos.

—¿Y alguna vez no tenias la curiosidad de estrenar tu "paquete" con alguna de esas chicas?.

—Admito que sí tenía curiosidad de cómo se sentiría tener sexo pero no me animaba.

Pasión prohibida ' ˢᵃᵗᶻᵘ ᴳⁱᵖ 'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora