Pasión prohibida ' ˢᵃᵗᶻᵘ ᴳⁱᵖ '

Mil veces te amo

Tzuyu pov

Durante el almuerzo Sana actuaba muy cariñosa conmigo, me daba la comida en mi boca, limpiaba mi boca y me daba de beber.

Tal vez era porque justo esa mujer japonesa se sentó a lado de nuestra mesa y ella me miraba muy amable.

Pero llegando a casa Sana cambió a una aura oscura y territorial. Mi cuerpo comvulsionaba como si me hubieran hecho un exorcismo después de tener sexo duro con Sana.

—uuf, se siente rico~.— gruñó tratando de regular su voz.

– Dios, Sana. Eres una maldita salvaje.— Mi voz sonaba entrecortada y agitada. Tenía mi frente sudada y mi cabello un caos.

—Puedo ser el doble de salvaje si quieres.

"No gracias, terminaré en un hospital si llegas a ese nivel.

Sna entró a la ducha y era hora para cambiarse e ir a casa de mis madres.

Ring, ring~

Llamada con Mamá.

—Hola, mi niña

—Hola, ma.

—¿Ya están de venida?

—Nos estamos alistando para ir

—bueno, las espero

—bueno

Colgué la llamada.

—¿Era tu mamá?.— Sana salió envuelta con su bata y el cabello mojado, por lo que fue directo hacia su secadora.

—Sí, preguntó si ya estábamos de venida.

—¿Y qué le dijiste?.– Me acerqué a ella y le quité su secadora. Empecé a sacarle yo su hermoso y largo cabello negro.

—Qué no iremos.

-¡Qué! — Sana volteó mirándome asustada.

—Jajajaja le dije que nos estábamos alistando.

—Ay Tzuyu, no bromees así.

—¿Me llamaste por mi nombre?.

—Sí por asustarme.

—¿Entonces ya no soy tu bebé?

—No, ya no.

—Bueno, entonces me voy.

–¿Qué...? bebé no. Seca mi cabello, por favor.

La ignoré y me metí a la ducha.

—¡Eres mala!... — prendi la llave de la ducha.

—¡No te escucho!.

—¡Que quiero una mamada!.

—¿¡Qué quieres una mermelada!?.

Me reía haciéndome la sorda, pero sabia perfectamente lo que Sana decía con su suave voz

Salí de la ducha.

—Escuché que querías una mamada.

—Escuchaste mal.

—Escuché bien, abre tus piernas.

—¿En serio?.

—Nooo, nos vamos a tardar, tengo que alistarme. Tú ya estas lista y yo no.

No me tardé ni media en hora en arreglarme, bueno, en realidad Sana me ayudó colocandome ropa. Ella me atendia como si fuese literalmente su bebé.