TRUE: ¿Que?

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Tzuyu pov

Cada día llegaba cansada a casa, por lo que a veces llegaba tarde y otras veces salía temprano del colegio, me daba tiempo para recoger a mi hijo de sus clases de ballet por la tarde.

Hoy desgraciadamente no pude recoger a Evan, por lo que eso se encargó Yeji.

Yo llegué tarde a casa, eso como las doce de la noche.

Cuando entré la casa estaba con las luces apagadas, suponiendo que ya todos se fueron a dormir temprano.

Entré al baño para darme una ducha fría y poder dormir fresca y tranquila después de una día caluroso.

—Hola.

Mi habitación daba al frente de su habitación de Sana y Yeji por lo que ella tocó mi puerta para entrar.

—Ah, hola Sana— entré a mi cama y me metí entre medio de las frazadas.—¿Qué haces despierta? Pensé que estabas durmiendo... como encontré la casa sin luces encendidas... en completo silencio.

Me apoyé en el espaldar de la cama y empecé a leer un libro no sin antes colocarme los lentes para mi lectura.

Sana se apoyó en el marco de la puerta con su pijama de seda rosada, un vestido y dos simples tiritos.

Hubo silencio entre ambas, yo a veces la veía y volvía a leer el libro y así sucesivamente hasta que le pregunté:

—¿Pasa algo?.

—Nada.

—¿Entonces?, deberías estar con Yeji durmiendo. Digo, no sé, te debe extrañar.

—¿Celosa?.

—Já, por favor.—Volví a leer el libro y tragué saliva.

—Buenas noches.

Escuché que cerró la puerta con cuidado y delicadeza.

—Pero porqué apagas la-

La habitación estaba completamente oscura.

Me estiré un poco hacia mi lamparita de noche para continuar leyendo y justo Sana se había subido a la cama. Ella está sentada encima mío.

Ella se había acercado a mí con pasos silenciosos, por lo que no me había dado cuenta que se estaba acercándo.

—¿Qué haces, Sana?

Intenté alejarla de mí.

—¿Me extrañas, Tzuyu?.— empezó a jugar con mi pijama.

Mi corazón latió demasiado rápido al escuchar esa pregunta. Era claro que la extrañaba, extraño todo, todo... literalmente todo de ella hasta su cuerpo.

—Sana, salte de mi cuarto.— logré hacer que se levantara de mi encima.

"Oh qué demonios".  Le Jalé de su muñeca y la besé. Ella correspondió el beso por lo que empezó a mordisquear mi labio y a revoltijear mi cabello.

El deseo que nos teníamos por fin salía de nosotras.

Ambas sabíamos que nos teníamos ganas.

Ambas sabíamos que vivir juntas aún siendo algo prohibido era mala idea.

Y es que al parecer éso nos encanta a ambas, tener una pasión prohibida. Para mí como para Sana, lo prohibido nos encanta.

Sana hizo que caminara en reversa, haciendo que choque y caiga en la cama. Ella colocó sus piernas a los costados de mi cadera y se inclinó para profundizar y continuar el beso.

Pasión prohibida ' ˢᵃᵗᶻᵘ ᴳⁱᵖ 'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora