"Quizás debería aceptar que ya fue, que no fuimos, no somos y no vamos a ser " -Leah Amara Stilinski
Leah Amara Stilinski, una joven de 15 años, quién estuvo enamorada del joven McCall desde muy pequeña, pero a pesar de todo estuvo para el en sus m...
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Liam y Stiles corrieron hacia mi al verme caer al piso de rodillas, Hayden venía a su lado..
Al mirar mi estómago este estaba cortado, tambien mi playera de lacrosse, estaba toda rasgada.
Entre ambos chicos me tomaron mientras íbamos hacia la preparatoria en busca de Scott, no podía mantenerme mucho de pie, pues dolía..
—Te dije que te detuvieras — me regañó Stiles.
—No lo pensé, para la próxima te hago caso — le asegure al castaño para después soltar un grito de dolor.
—A la mesa rápido, a la mesa — grito Stiles..
Entre ambos me ayudaron a recostarme sobre la mesa, Stiles rasgo mi playera dejando ver la gran herida por todo mi abdomen..
—¿Esta muy mal? — pregunté para después soltar otro quejido.
—No / si — dijeron Liam y Stiles al unisonido.
—¿Qué suelen hacer cuando esté pasa? — pregunto Hayden alterada.
—Yo pierdo el conocimiento, y puede que aún lo haga — le dijo Stiles.
—¡Stiles! — le grito Liam cuando esté estaba a punto de desmayarse.
—Perdon —dijo mi hermano.
El dolor era un infierno, jamás había sentido tanto, nisiquiera cuando me hice el tatuaje, no había dolido tan feo como hoy lo siento.
Me retorci en la mesa, mientras los presentes me miraban sin saber que hacer, pues Scott siempre resolvia todo.
—Le quitaré el dolor — Dijo Liam tomando mi mano.
Liam sujeto mi mano, mientras las venas se le hacian negras y hacia un mueca de dolor ¿y yo? Yo solté un gran suspiro al no sentir nada, aunque fuera por unos minutos.
Entonces mi herida comenzó a sanar más rápido.
La preparatoria era un desorden, lo gritos se alcanzaban a escuchar por todo el lugar, eran gritos demasiados fuertes, no necesitaba mis sentidos mejorados para escucharlo.
Entonces entre tando grito escuché el grito de Scott.
—Scott — dije al escucharlo.
—¿Qué? — me preguntaron los tres al unisonido.
—Scott está en problemas — les informe — iré a ayudarlo, quédense aquí.
—Tu estás herida, yo iré — dijo Liam.
—No, estoy bien, mis heridas sanan rápido — le dije y era cierto, toda la sangre que bebí me había ayudado con mi curación, era más rápida.
Aún se notaba el rasguño, pero ya no dolía ni estaba como antes.
