"Quizás debería aceptar que ya fue, que no fuimos, no somos y no vamos a ser " -Leah Amara Stilinski
Leah Amara Stilinski, una joven de 15 años, quién estuvo enamorada del joven McCall desde muy pequeña, pero a pesar de todo estuvo para el en sus m...
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Estábamos en el hospital, pues habían resultados heridos, tuvimos que llamar a ambulancias, mientras nuestras manos estaban sobre las heridas..
Me habían dado en el brazo, pero con mis manos saque la bala y la herida sano, no podía decir lo mismo de los demás, ellos no sanaban como yo.
Estábamos en el hospital, Scott estaba sentado con las manos juntadas, se veía demasiado asustado, pues Melissa estaba en cirugía, mientras intentaban quitarle la bala.
Me senté a su lado y puse mi mano sobre la suya, Scott me miró por unos segundos y después entrelazó nuestras manos.
—Estaran bien, ya lo verás — le dije al castaño.
Estuvimos ahí durante varios minutos esperando a que alguien viniera a avisarnos que era lo que sucedía y el como estaban.
—Va a estar bien — escuché a uno de los doctores.
Mire a Scott sonriendo al igual que este, Melissa estaba fuera de peligro.
Scott fue a ver cómo estaba su madre, yo me quedé sentada en la sala de espera.
Pero vi que papá venía hacia mi, sabía que me regañaría por haberle ocultado que no me había ido, lo sabía, pues si cara reflejaba enojo.
Me levanté, este se colocó a centímetros de mi, creí que me gritaría, pero solo me abrazo y soltó un suspiro.
—Me alegra que estés bien — soltó en mi oído.
—¿No estás enojado? — le pregunté.
—No, está bien — me dijo el Stilinski..
Sonreí, pues realmente creí que me regañaría.
Vi a Scott salir de una habitación la cual no era de su madre, al vernos vino hacia nosotros, parecía preocupado, demasiado.
—¿Dónde está mi papá? — le pregunto Scott.
—Lo transfirieron al memorial de San Francisco — le informo papá.
—¿Que hay de Masón? — le pregunto.
—ya salió de cirugía — le dije a Scott, pues había ido a ver a el y a Lydia.
—¿Lydia? — preguntó.
—Tambien está bien, la bala no le dio a nada importante, gracias a dios — le dijo mi padre — chicos, tuvimos suerte.
—Casi mueren por culpa de esa cazadora — le dije a mi padre enojada.
—Pero sobrevivirán — me aseguro. — tendremos dos oficiales aquí afuera todo el tiempo, nadie subirá a este piso sin mi autorización — dijo mi padre — tengo una idea muy clara de lo que sienten, pero todo el departamento de policía se encargará de esto y les juro que averiguaré quien hizo esto.
