Bungo Stray dogs Oc

Parte 55

Hace unos meses antes del cap de ayer

-Yukio:Vamos papa tengo hambre!
-Azusa(Padre):Tranquilo Yukio, el restaurante no se ira a ninguna parte.
-Shizue(Madre):Es verdad, calmate un poco.

POV:Yukio

Me llamo Yukio Mishima, como podrás ver era muy feliz, en ese entonces tenía 11 años y vivía con mis padres, era hijo único pero se estaban planteando en tener otro hijo/a y a mi la verdad es que me hacía mucha ilusión el ser un hermano mayor, el cuidarlo y protegerlo, y todas esas cosas. Pero lastimosamente, no pudo pasar.

-Azusa:*arropando a Yukio en su cama* dulces sueños hijo.
-Shizue:Que duermas muy bien, te queremos.
-Yukio:Yo también os quiero *cierra los ojos para dormirse*.
-Azusa/Shizue:*Salen cuidadosamente de la habitación*

En cierto modo me alegra saber que esas fueron sus ultimas palabras, pero lo que paso esa noche le daría la vuelta entera a mi vida

Casa de Yukio 3:32 am

-Yukio:Mmmm *se despierta* qué?

Me desperté aturdido por un fuerte sonido que provenía del comedor, así que me dispuse a, silenciosamente, levantarme y dirigirme ahí, y lo que vi, simplemente no podía imaginármelo.

-Yukio:*ve impactado los cadaveres de sus padres muertos mientras se esconde*.
-Mafioso1:Señor no encontramos al niño, esta seguro de que esta era la casa?
-Hirotsu:Estas cuestionándome?, Estoy más del 100% seguro de que vi a aquel niño con estos hombres.
-Yukio:*se marcha silenciosamente a su cuarto a llamar a la policía*

Era un niño, pero no idiota, después de lo que había oído estaba seguro de que venían a por mi, pero la pregunta que me hacía en ese entonces era: ¿Por qué?

-110:Policía japonesa, cuál es su emergencia?
-Yukio:A-ayuda, han matado a mis padres.
-110:Estás bien?, Cómo te llamas? Dónde vives?
-Yukio:Si, estoy bien, me llamo Kimitake Hiraoka, vivo en Sagamihara, por favor dense prisa.
-110:Está bien, no te preocupes chico vamos para allá, escóndete *acaba la llamada*.

Hice lo que me dijo aquel policía, me escondí lo mejor posible y rece para que no me encontrarán mientras llegaba la policía, por suerte no tardaron mucho, en 13 min un policía entro a mi habitación buscándome y salí, por lo que me contaron habían escapado, y no eran asesinos normales y corrientes, eran miembros de una mafia en el puerto de Yokohama, después de que el policía terminara de decirme eso último jure que me vengaría de aquellos hijos de perra que habían acabado con mi familia sin importar cuánto tiempo tardara, incluso si fuera lo último que haría. Obviamente les dimos un entierro digno a mis padres en el cementerio con el dinero de su cuenta bancaria, el dinero no era algo de lo que preocuparse, mis padres poseían empleos muy bien pagados así que los gastos no eran tan altos en comparación. Obviamente me obligaron a internarme en el orfanato más cercano hasta que alguien intentará adoptarme o hasta que cumpliera la mayoría de edad. Yo ya no tenía nada que ofrecerle al mundo, todo se me había caído encima, la maravillosa familia que el universo me había asignado murió, mi estabilidad emocional cayó radicalmente, pensé en más de 5 ocasiones en suicidarme no solo por eso, sino por los abusos y palizas que recibía de los demás niños de aquel orfanato por ser lo que ellos llamaban: un rarito. Y aunque uno de los tres que me pegaba fue adoptado a los 3 meses después de que yo llegará, otro niño más fue internado y se hizo amigo de los otros dos que quedaban, restaurando así al trio de los mayores hijos de puta de mi vida, aparte de esos tres que eran los únicos que me pegaban, luego estaban otros dos tipos de personas:
1.- Los que se reían de mi y de mi miserable vida.
2.-Y los cobardes que a pesar que les daba muchísima pena, jamás intervinieron por miedo a ser los siguientes.
Por suerte había una cosa buena, y es que me dieron una habitación vacía en la cual no dormía nadie más, y podía pasarme ahí todo el día si quisiera ya que los demás niños no podían irrumpir en una habitación ajena sin permiso por motivos de privacidad, y los empleados no estaban autorizados para decir si alguien podía o no entrar en otra habitación que no fuera la suya. Sin embargo todos estábamos obligados a salir 4 veces al día de nuestras habitaciones: una para desayunar, otra para almorzar, otra para estar en el patio fuera del edificio y la última para cenar. Durante las comidas intentaba comer lo más rápido posible para volver a mi habitación y que así no me molestarán, pero durante el tiempo de salida al patio eran tres horas, así que siempre acababa recibiendo como mínimo un insulto durante ese tiempo. Como dije el resto del tiempo me la pasaba en mi habitación, que al igual que las demás disponía de:
-dos camas.
-una ventana blindada (por temas de seguridad).
-dos escritorios.
-una televisión.
-un pestillo para la puerta (también por privacidad).
-diversos juegos de mesa para el entretenimiento.
-hojas de papel y pinturas para distraernos en caso de que no nos apeteciera ver la tele ni jugar con los juegos.
-un ventilador por si hacía demasiado calor.
-un baño aparte, con retrete, lavamanos, papel higiénico y también con pestillo para la puerta.
Algo que no entendía y sigo sin entender es el porque no nos dejaron usar dispositivos electrónicos más allá de aquella televisión.
Eso es todo lo que puedo recordar de aquel lugar al que consideré infierno, hasta que llego aquella persona a mi vida, la misma a la que acabé considerando una hermana pequeña y a la que a la vez abandone sin previo aviso dandole lo que podría ser el mayor evento traumático de su vida.