°•°CAPÍTULO ESPECIAL: SUIKA•°•

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ADVERTENCIA: Este capítulo contiene menciones de temas sensibles y delicados, que están dirigidos a un público maduro, por favor leer a consideración. 

(Pd. Nombre este como capítulo especial ya que narrativamente, no se me ocurrió alguna forma de remembrar el pasado sin influir la secuencia a la que íbamos, por que sí, aquí se hablará un poco sobre el pasado de Senku durante esos cinco largos años).

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Al decir que la balsa llegó a Ishigami ese día, probablemente diríamos una mentira, ya que, lo que llegó a través del río, no fue más que un par de troncos de madera aún unidos que apenas podían mantenerse a flote con la persona que transportaban encima. 

Quien lo notó fue Kohaku, que había acudido al lago por algo de agua fresca que brindarle a su hermana para uno de sus baños.

Apoyada de su buena vista, se apresuró a alertar a todos en la aldea de la aparición de su líder luego de ese largo tiempo, pero que, para su mala suerte, estaba inconsciente sobre uno de esos troncos. La chica fue hacía él, con toda la intención de ayudarle y se lo hubiera cargado sobre su espalda con tanta facilidad para transportarlo hasta su nuevo refugio, de no haber sido por que visualizó una gran mancha de sangre en sus ropas. 

Examinó el cuerpo de Senku, en busca de alguna herida externa y grave que pudiera tener, pero no encontró nada.

Los demás aldeanos se fueron sumando de a poco, impactados de la misma forma, el alboroto provocó que Senku despertará bastante inquieto, escupió el agua que se le había colado por la boca y se quejó en voz alta cayendo sobre sus rodillas en el suelo.

—¡Senku!—Kohaku intentó ayudarle a ponerse de pie, rápidamente, lo sostuvo sobre su hombro.

Pero Senku seguía agitado, con alaridos y jadeos, sin la fuerza suficiente, únicamente abrazando su vientre.

—¿Qué pasa?, ¿Senku?—cuestionó la Leona tratando de encontrar una manera de tranquilizarlo.

—¡Senku!—Chrome quiso hacer lo mismo.

Pero el chico no les respondía, solo se quejaba con una mueca de dolor real en su rostro.

—¿Qué sucede?—a la escena llegó Ruri, atraída también por el alboroto.

—Ruri, es Senku, regresó pero...

La sacerdotisa vio a todos reunidos, a Chrome y a su hermana tratando de incorporar a Senku, se sorprendió cuando lo vio en ese estado, empapado y manchado de rojo, pero su sorpresa incrementó más cuando aprecio como un hilo de sangre se deslizaba por sus piernas y contaba con un bulto en su vientre.

—¡Rápido, llévenlo a la aldea! Hay que examinarlo ahora mismo—Ruri alzó la voz y exclamó con apuro.

Mismo que difundió por toda la aldea, si la sacerdotisa calmada y con porte normalmente tranquilo había reaccionado así, entonces todo apuntaba a que la condición de Senku era realmente grave.

Con sumo cuidado, Senku fue llevado hasta una de sus humildes chozas y ahí, Ruri fue quien lo atendió. 

Ante la mirada curiosa y desconcertada de todos, la rubia solicitó soledad y únicamente los recursos necesarios para atender al chico, tomando decisiones apresuradas y casi extremistas, como tener que atar las extremidades del Omega para evitar que se siguiera moviendo bruscamente o cubrirle la boca con un trozo de tela que pudiera morder para soportar el dolor mientras pujaba.

Ni Kohaku o alguien más a parte de Ruri sabían lo que estaba pasando, solo escucharon impotentes y desconcertados como los gritos y el llanto de Senku eran contenidos. Hasta que el dolor se volvió tan intenso que, el científico volvió a perder la razón y cerró sus ojos.

"Para Estar Juntos" [GenSen Omegaverse] COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora