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—¿No volverás?

La mirada de Brandon hizo sentir a Hong que no cambiaría de decisión. Los últimos meses había sido junto al mayor que ya no se imaginaba los días sin él.

—Iré a casa, pero siempre vendré a visitarte.

Octubre estaba cada vez más cerca y la sustentación también. Ir juntos a Estados Unidos ya no era una idea lejana.

—Te voy a extrañar.
—Te conozco, vas a llamar todos los días y a todas horas.
—Te quiero.
—También te quiero.

 

La última semana de septiembre no fue distinta, o eso se imaginaba Jihoon.

—¿Será en el cumpleaños de Jeonghan?

La voz de Seungkwan era baja, aunque Jun había ido por las bebidas y no podía escucharlos.

—¿No te parece que es muy pronto?
—Calla.
—Estoy siendo razonable.
—Será el cuatro de octubre.
—Sigue siendo pronto.

Minghao respondió a Boo con una sonrisa mientras se encogía de hombros y robaba disimuladamente una galleta de Jihoon. Ir a la universidad para organizar las actividades de Halloween era realmente algo.
En ese momento se encontraban en la cafetería repartiendo tareas de acuerdo a la facultad a la que pertenecían.

—Ellos pasan mucho tiempo juntos, no sería extraño si hay una declaración. Además, Chan ha estado gastando sus ahorros en chocolates, no sería justo que siguiera intentándolo sin obtener una respuesta.

Jihoon sonrió después de hablar e intentar recuperar su galleta.

No había pasado mucho tiempo desde que decidió dejar ir a Joshua y le había ido bien. Distraerse en clases de meditación le había ayudado, y visitar la facultad de Seungkwan lo estaba volviendo popular; dos chicas le pidieron su número y los de último semestre siempre intentaban hablar con él.

Era ese momento en que la protagonista mágicamente conseguía pretendientes para olvidar al amor de su vida. Una de las novelas que amaba su madre.
Sonrió ante la idea y no fue tan malo. Jun insistió en que se cortara el cabello y así lo hizo, recortó un poco las puntas. Por otro lado, Seungkwan lo convenció de renovar su armario... Algo que costó un drama de Jihyo y una Jeongyeon molesta por no avisar para también acompañarlos.

Suspiró profundamente y apoyó la cabeza sobre la mesa; en los momentos más tranquilos era cuando solía pensar en Joshua. Ya no era tan seguido, pero ahí seguía.

—Artes escénicas ya no suena a una buena opción.
—¿Te va bien?
—Porque siempre me ayudas.
—Tienes talento.

No notó cuando Jun regresó y la conversación se dirigió a un Chan sonrojado y sus dudas sobre la carrera que estudiaba. Le hizo falta Soonyoung, pero no lo admitiría, desde la última conversación en la reunión de amigos no lo volvió a ver y se negó a creer que era por el cierre que finalmente tuvo con Minghao.



—Si no te calmas voy a tirar el café en tu cabeza.

Simples palabras que eran acompañadas de una mirada amenazadora.

—Yeon...

Jeonghan sabía como lograrlo y así lo hizo. Jeongyeon no hizo nada de lo que pronunció en cuanto vió el adorable puchero de su mejor amigo.

—No debes estar nervioso.
—Seungcheol no ha dicho nada, después de que regresé las cosas mejoraron un tiempo, pero ha estado callado.

Sin notarlo el café fue desapareciendo y con ello el pequeño pastel de tenían sobre la mesa del comedor.

—Tengan relaciones, eso soluciona todo. Ya se conocen y lo van a disfrutar.

Ante el silencio ella rió.

—No es tan malo, ya lo hicieron.

El ambiente siguió tan silencioso que comenzaba a sospechar el motivo.

—No lo hemos hecho.
—Eso no suena a ti.
—No lo hemos hecho. No pasamos de besos y caricias, hemos tratado de...

Avergonzado y mirando a otro lado movió su mano simulando una masturbación. No tenía el valor de mirarla sin llorar por la frustración.

—Pero siempre hay algo que nos interrumpe. La última vez fue un paquete que era para el vecino de arriba.

La risa burlona no se hizo esperar y estalló. Yoo alcanzó a apartar la taza de café y el plato de postre, estaba segura de que su rostro terminaría apoyado en la mesa por el ataque de risa que estaba teniendo en ese instante.

—Quizás él también quiera y no sabe cómo pedirlo.

Palabras que lograron relajarlo, aunque no sabía si confíar en ellas.




El día tres de octubre por fin había llegado y la fiesta sorpresa para Jeonghan logró ser un éxito, más animada porque Soonyoung había aparecido.
El día cuatro era para pasarlo en pareja, eso le habían dicho a Jeonghan.
Todos en la sala de aquel pequeño departamento se encontraban dormidos a excepción de Jihoon, en el fondo tuvo la esperanza de ver a Joshua pero nunca llegó; quizás no era tan importante después de todo.

—Duerme.

Lee no escuchó los pasos acercarse y el alcohol en su cuerpo no dejaba que reconociera el rostro de quién le hablaba.

Negando con la cabeza intentó aclarar la mirada como último recurso, él estaba muy cerca.

—Intentalo.

Volvió a negar y el aroma de un perfume se perdía entre los rastros del alcohol.

—Eres tan lindo.

Y nuevamente esos labios estaban sobre los suyos, moviéndose primero con lentitud y luego con un poco de desesperación.
No se negó, intentó seguir el ritmo impuesto. Se aferró al cuello de la camisa ajena y quizás habría pasado algo más hasta que alguien entre sueños habló.

Hay secretos que se llevan a la tumba, pero... ¿Qué se hace cuando ese secreto se puede convertir en el dolor de un amigo? ¿Se puede callar para mantener unido a un grupo?
Minghao deseó no haber despertado; deseó no haberlo visto; deseó que se tratara de un sueño; deseó que no fuese cuatro de octubre. De todos era el que menos había bebido y el que estaba más despierto, no era un sueño y el alcohol lo volvió más sensible.

Cuando Jihoon lo supiera, si un día Xu se animaba a confesar lo visto, sería doloroso. ¿Qué tan lejos se puede llegar para mantener a un amigo?
 

Cuando Jihoon (2JiHanCheol)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora