Cuando Jihoon (2JiHanCheol)

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Había llegado un nuevo fin de semana y Jihoon esperaba la videollamada con Joshua. Pasó una hora, dos horas y tres horas, entonces supo que no llegaría.

Era la tercera semana que sucedía, sus vacaciones habían comenzado hace varios días y sólo había intercambiado un par de mensajes con Joshua. Al inicio intentó convencerse de que todo estaría bien, ahora no estaba seguro.

Nuevamente tenía un contrato para escribír una canción para un reconocido grupo de chicas, pero no se encontraba en su mejor momento para escribir. Intento viendo animes y un par de días atrás, yendo a caminar.

—¿Por qué es tan difícil?

Murmuró acostado en el suelo de su habitación mientras revisaba sus redes sociales. Fué cuando encontró una nueva foto en el Instagram de Joshua.
Reconoció a Brandon; Sofía y Ailee, compañeras de primaria de Joshua; dos chicos que no reconoció, asumió eran nuevos amigos. Pero no reconoció a la bonita chica de vestido turquesa que se encontraba aferrada al brazo de Hong.

Tuvo un mal presentimiento y con temor reviso los comentarios. Allí estaba uno que recitaba algo sobre segundas oportunidades.

—Kyla...

Así que al final todos tenían razón. Joshua no volvería.
Joshua le había mentido todo el tiempo y eso explicaba la extraña mirada que le dió Brandon la última vez que lo vió en una videollamada.

Entonces ése era Joshua Hong. Simplemente había mentido todo el tiempo.

Sin poder derramar una lágrima se levantó sólo para caminar rumbo a su escritorio. Con las manos temblorosas sacó una libreta y un bolígrafo, respiró profundo y comenzó a escribir como si no hubiera un mañana.

A su mente volvieron aquellos días en que solia conversar con el ex docente antes de clases y las veces que se quedaron en el campus después de la hora de salida. La sonrisa de Joshua cuando hablaba de lo orgulloso que estaba de sus logros y los consejos sobre volver a casa.
Cuando una repentina tormenta los hizo correr por las calles para evitar ser golpeados por la nieve y la primera vez que Joshua le dijo lo feliz que lo hacía.

—¿Cómo puedes sonreir así?

Le dolía, pero no había lágrimas aún. Escribió un par de líneas más mientras recordaba cuando escaparon del director Nam; ese era un buen recuerdo.
Corrieron a las canchas y se ocultaron allí; el sol caía y su rostro estaba contra el pecho de Joshua.

Había sido inesperado, pero allí recibió el primer beso por parte de Joshua y entre susurros obtuvo también la primera promesa: Volveré porque te quiero.

Ahora se sentía un completo idiota. Había sido su primer amor y había creído que podía funcionar.
Nunca habían puesto etiqueta a lo que tenían, pero no le importaba. Con la hoja en mano se encerró en lo que prometía volverse un estudio, había logrado comprar un par de cosas con el dinero ganado por las más de treinta canciones vendidas.

Encerrado en ese pequeño espacio pasó toda la noche componiendo una melodía.
Algo distinto para un grupo de chicas, no era una canción adecuada para la época del año pero estaba seguro que podría salir bien.

La primera lágrima llegó cuando cantó la primera línea. Joshua seguia sonriendo mientras se rodeaba de nuevos amigos, no era justo; nunca se le ocurrió lo doloroso de las promesas rotas.

La voz comenzó a quebrarse cada vez más, las conversaciones por textos y videollamadas eran un hábito que Hong rompía con facilidad.

—¿Finalmente volvieron?
—No sé de lo que hablas.
—No me tomes por tonto, Joshua Hong.
—Brother.
—Si piensas quedarte es mejor que hables con ese chico para que no te siga esperando. Aunque yo recomendaría terminar con Kyla, ustedes ya tuvieron su historia; recuerda que ella no quiso esperarte.

Brandon no reconocía a su mejor amigo y Joshua tampoco podía reconocerse entre tantas cosas. El silencio en el balcón se volvió insoportable después de que Brandon saliera de la habitación, haciendo sonar la puerta para mostrar su disgusto.

No había reconciliación entre Kyla y él, pero ella actuaba como si existiera y daba por sentado todo. Por otro lado estaba Jihoon, aparte de los mensajes cortos no tenía más noticias.

Las videollamadas comenzaban a distraerlo de su tesis y por eso se detuvo; quizás sí necesitaba dar explicaciones; sólo esperaba que Jihoon le creyera.
Aunque no le encontraba sentido hacerlo ahora ya que nunca tuvieron etiquetas; quizás alejarse de todos por un tiempo sería lo mejor.

Con el paso de los días, Jihoon, supo que el comeback de Pristin había sido cancelado; quizás no era momento para mostrar la canción.
Caminaba sin rumbo y cerca del medio día fue a dar frente al supermercado, no había alguien a quien reconociera por lo que entró y compró masa para pizzas. La idea de ver a Jun y Minghao peleando por ver quién la preparaba mejor lo hizo sonreir por primera vez en días.

En la caja encontró a un compañero de universidad, Lee Chan, era un año menor y estaba estudiando artes.

Le sonrió y salió de allí, no sin antes haber dejado accidentalmente el número de Jun en manos del menor. Las malas costumbres eran contagiosas y él pasaba mucho tiempo con Jeongyeon y Jihyo.

A mitad del camino recordó el semestre anterior y en cómo su vida había cambiado.
De Sowon ya sólo quedaba el número en su celular, tenía un par de meses sin hablarle; de Jeonghan ya no quedaba casi rastro en su vida, y nunca guardó el número de Seungcheol. Comenzaba a cuestionarse sobre aquello cuando recibió una llamada.

El estilo de SUPERKIND era tan distinto a lo que acostumbraba, pero la agencia parecía estar dispuesta a intentar algo nuevo.
Se dió tiempo para volver, arreglarse y salir con rumbo a la compañía. Estaba un poco lejos, pero había valido la pena; chicos de su edad y muy dispuestos a cantar una balada.
Se convenció de que todo saldría bien, Eugene y JDV podían hacerlo.

—Los hábitos siempre son difíciles de romper.
—Si estás dispuesto siempre será fácil.
—¿Podemos dejar de lado la vida amorosa del compositor?

Y la sonrisa que se dieron todos antes de mirar a Daemon significaba que sería una larga noche.