Si le preguntaran a Joshua de su vida solo obtendrían un: "Me ha ido bien, me alegra ver a mis amigos"
La primera vez que Joshua pisó Corea fue cuando cumplió doce años. Sus padres habían llegado por trabajo y, aunque no le fue fácil, logró volverse el mejor amigo de Jeonghan... y el "enemigo jurado" de Seungcheol. A su edad no le tomaba importancia a ese tipo de peleas
A los trece años comenzó sus clases en la secundaria durante la tarde, casi no veía a sus amigos, pero estaba bien, vivian cerca y se reunirían en cualquier momento
Cuando cumplió catorce años pudo cambiarse al turno de la mañana y fue un chico feliz. Recordaba con alegría la cara de disgusto de Seungcheol y la risa de Jeonghan, no olvidaría tampoco las conversaciones que tenían... sobretodo, aquellas donde Cheol hablaba sin parar de un chico llamado Jihoon; no lo conocía, pero tampoco le importaba
Joshua creció rodeado de amor en una familia religiosa y rodeado de todas las posibilidades que cualquier chico de su edad desearía. Fue educado para "respetar" las preferencias ajenas ante la iglesia y sociedad; "nosotros no juzgamos", dijo su padre alguna vez durante la cena, por supuesto que no juzgaban con palabras, pero las miradas hacia Seungcheol o cualquier persona en la calle los delataban.
Nadie mejor que Joshua recordaba el "por fin estarás lejos de ellos, tú eres un chico de bien" que dijo su madre con desprecio a dos cuadras de donde solían vivir. A sus dieciséis años, Joshua entendió que tendría que vivir ocultando su gusto por los chicos y le fue un alivio descubrir que tambien se sentía atraído por las chicas.
Volver a Estados Unidos no fue sencillo, sabiendo que había más libertad para demostrar su orientación sexual y que muchos chicos la compartían lo llevó al punto de mentirle a sus padres. Kyla era una buena chica y asistía a su misma iglesia, sus padres compartían los mismos ideales y fue así como se conocieron una de las últimas noches de otoño, cuando ambos llegaron tarde a misa.
—Ayúdame
—¿Qué?
—Finge que estuvimos juntos en la parada del bus
—¿Por qué?
—Luego te cuentoNo era una primera conversación común, pero el saber que desobedecería a sus padres y que ella podría deberle un favor lo animó a hacerlo.
En silencio entraron y se sentaron en la última fila mientras comenzaba la segunda lectura; las miradas juzgandolos no faltaron, pero tampoco faltaron quienes sonrieron complices al ver que dos adolescentes con buena reputación y miembros de su iglesia entraban casualmente tarde y juntos, las típicas mujeres que les inventarían un romance y un futuro matrimonio, nada nuevo. Aquella noche no tuvieron oportunidad de conversar sobre lo ocurrido.La segunda vez que se encontraron fue en la colecta de comida para albergues; Joshua era voluntario y Kyla había ido con su familia, una situación más normal. Ambos se sonrieron discretamente y Joshua sintió curiosidad por saber su nombre.
No fue hasta la misa de fin de año que pudieron hablar y presentarse. Kyla llevaba un bonito vestido color verde y un lazo negro en la cabeza, lucía como la típica niña buena de las películas navideñas estadounidenses y por primera vez, Joshua podía decir ante todos que se había enamorado.
Con sus diecisiete años recien cumplidos sabía que no le darían permiso de llevarla muy lejos, pero por su buena reputación logró que los padres de la chica le permitieran hablar un poco en la vereda y ella encantada aceptó.Con el paso de las semanas se fueron frecuentando cada vez más y un día veintiuno de mayo pidió permiso a los padres de Kyla para un noviazgo, pero no fue hasta un primero de junio que por fin pudo llamarla su novia. Esa misma noche llamó a escondidas a Jeonghan y le contó la noticia, tambien fue a partir que desde esa noche las llamadas entre ambos se harían menos frecuentes hasta perder todo contacto.
Joshua tenía veintidós años cuando se sentó frente a su novia para discutir sus planes a futuro; él tenía claro que tomaría un intercambio y durante el segundo sementre del año comenzaría los trámites, pero ella tenía otros planes. Con cinco años de relación ella esperaba casarse pronto, vivir en una casa con un gran jardín y sobretodo, tener una relación donde ambos no tuvieran que separarse por un tiempo.
Una semana despues de esa conversación Joshua tomaría la responsabilidad de la ruptura frente a los padres de Kyla quienes se mostraron comprensivos; muy por el contrario, sus propios padres estaban molestos. Un tiempo despues, un Joshua de veintitrés años estaría abordando un avión rumbo a Corea, dispuesto a permanecer lejos de sus padres el mayor tiempo posible.
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Cuando Jihoon (2JiHanCheol)
De TodoJihoon prometió volver con un título en manos y así lo hizo... sus tres novios solo eran pequeños grandes detalles con los que no contaba