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Jeonghan no era la persona más abierta cuando se trataba de hablar sobre su vida privada, por lo que simplemente respondía lo necesario.

—Tu novio es muy guapo. Se ve que te trata bien.
—Lo sé, es hermoso.

Fué lo máximo que consiguió Jessi cuando se apoyó en el escritorio de estadística mientras Jeonghan revisaba su horario.

—Deberías presentarnos a tu novio.
—No lo creo, es de pocos amigos.

Le respondió una vez a Yoona cuando lo detuvo en uno de los pasillos.

Y así, cada persona podría responder lo que decía Jeonghan cuando se trataba de hablar sobre su novio o su relación.
Mientras que, para Yoon, la situación se estaba volviendo agotadora. No con Seungcheol, sino con los compañeros del hospital; quizás debería pedirle a su pareja que ya no lo acompañara.

Bajo ese pensamiento terminó su turno y ya eran las ocho de la mañana. No tenía idea de cómo logró convencer a todos, pero no pidió las vacaciones que necesitaba hasta que el mismo hospital lo obligó a tomarlas.
Ahora tenía tiempo para volverse loco en un departamento vacío, con Seungcheol estudiando y trabajando era vivir en soledad; o así es como lo sentía.

Mientras caminaba de regreso al departamento recordaba el veinticinco de junio y sonreía.
Aquel día llegó después de las ocho y Seungcheol ya lo estaba esperando con la comida servida. Habían hablado hasta la madrugada y tuvieron que reír lo más bajo posible para no molestar a los vecinos.

La habitación estaba a oscuras y ellos abrazados, en algún momento la distancia había desaparecido y ambos labios se rozaron mientras se sonreían de forma tímida. No era el segundo beso entre ellos, pero sí el segundo en el que no había prisas y un ambiente intimo.

Seungcheol no le había pedido permiso, pero ambos sonrieron mientras ocurría el beso y después de éste. No tenía idea de quién soltó el primer "te quiero", pero a la mañana siguiente se sentaron a hablar sobre lo ocurrido; no había sido romántico, pero se sintió tan bien para ambos que no fué necesario. También se enteró que era la primera relación que tenía Seungcheol, y no pudo ocultar su felicidad.

Por accidente descubrió que Seungcheol habia investigado sobre citas y lo que se hacía en ellas, también sobre los regalos que se daban cuando se cumplía el primer mes; quiso reír por lo tierno que le pareció.

Mientras entraba al departamento y dejaba su bolso en el sofá también recordó algo que no le gustó. Hace un par de días volvió a revisar el celular de Seungcheol por curiosidad y descubrió que se había unido a un grupo de apoyo, mismo en el que sólo hizo una publicación.

—¿A quien se le ocurre preguntar ese tipo de cosas?

Murmuró un poco molesto. Seungcheol se sentía culpable por no tener tiempo para dedicarle y ahora buscaba consejos para pedir un descanso, además de recibir respuestas con consejos para terminar la relación.
Jeonghan estaba enojado y en lugar de hablarlo, decidió que se encargaría de demostrar que no necesitaban un tiempo.

Desde entonces se convirtió en el novio perfecto y como novio perfecto, tenía que organizar la fiesta de cumpleaños. Corrió de un lado a otro, buscó contactar a los amigos de Seungcheol, y ya no recordaba el enojo. La reunión sería el día ocho de agosto y estaban casi todos sus amigos.

En su celular todavía estaba el número de Joshua, lo había bloqueado, pero estaba allí.

Sentado en el borde de la cama, después de darse un baño, miraba el número. Sabía que Joshua no estaba en el país y habían perdido contacto, tampoco estaba seguro de que seguía teniendo el mismo número.
Entre frustrado y ansioso decidió buscarlo en sus redes sociales, otro momento para pensar en si debía desbloquearlo.

—Solo una vez.

Dijo en voz baja mientras lo desbloqueaba en Instagram y, para su sorpresa, no encontró actualización alguna. Joshua se había tomado muy serio el tema de no estar allí.

—No puede ser tan malo.

Se repitió mientras le dejaba el primer mensaje que consistía en un saludo formal. Y el segundo mensaje era una invitación formal al cumpleaños de Seungcheol; lograr que Joshua felicitara a su novio sería un regalo secreto.

Fué cuando sonrió; su corazón no estaba agitado por esperar una respuesta, no estaba temblando de nervios y mucho menos contando los minutos. Finalmente, Joshua, había sido algo pasajero.

Un Jeonghan feliz era algo hermoso y a Seungcheol le habría gustado ver como, sonriendo, puso música y con todos los ánimos comenzó con el aseo. Cantando trot terminó de limpiar las ventanas y con I gotta feeling de fondo el almuerzo estuvo listo; esperaría a Seungcheol para comer juntos.

Cuando Choi regresó la música seguía sonando, Island In The Sun, para ser exactos. No quiso apagar el equipo de sonido, así que con cuidado se acercó al sofá donde un Jeonghan estaba dormido.
Sonrió y tomó una foto que, inmediatamente, se convirtió en su fondo de pantalla. Con el mismo cuidado se sentó en el suelo y apartó los mechones que cubrían el rostro de su pareja, ya no parecía una nube esponjosa, apenas se podía notar los rastros de lo que había sido un cabello rizado.

—Lo siento...
—Estoy aquí, mi ángel.
—¿Me perdí el almuerzo?
—No, son cerca de la una de la tarde.
—Se supone que te iba a recibir con un beso.
—Aún puedes darme un beso.

Una conversación entre susurros era suficiente. Jeonghan aún estaba adormilado y Seungcheol tenía sueño.

El almuerzo fué tranquilo y la tranquilidad siguió hasta que el turno del mayor, en el supermercado, comenzaba. Había sido un tres de agosto muy tranquilo.


—Joshua no está en Los Angeles.

Seis palabras que alteraron a Jeongyeon la noche del ocho de agosto.
Jeonghan estaba terminando de arreglar los bocadillos mientras Yoo se aseguraba de tener bebidas suficientes y Jihyo "secuestraba" a Seungcheol por un momento.

—Joshua volvió y está en Busan. Estaba, dijo que vendría.

Ahora, Jeongyeon, tenía que decidir: callar o hablar. Y ninguna parecía buena opción cuando de Jihoon se trataba.

Cuando Jihoon (2JiHanCheol)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora