— Que horror. — Murmuró la única mujer del grupo.
— ¡Si! Dicen que por las noches se escucha sus lamentos. — Siguió contando, mientras hacía movimientos con las manos.
— Solo es una historia vieja, que inventaron, para darle algo interesante a este lugar. — Le resto importancia un pelinegro, bostezando.
— ¿Cómo dices eso? Los locales dicen que es verdad, es más, hablé con uno, y me dijo que lo vió con sus propios ojos. — Señaló su ojo, con exageración.
— Solo es una tonta historia, ¿Por qué sería real? Solo lo inventaron para atraer turistas y miren, funcionó porque aquí estamos. — Volteó los ojos, con aburrimiento.
— Bill, cállate. Si estás de amargado no sé porque viniste. — Bufó molesto.
— Georg, tú me obligaste a venir. — Frunció el ceño.
El mencionado relajo su expresión.
— Es verdad, pero al menos actúa interesado. — Se levantó de hombros.— Si, que emoción. Estamos en el bosque sin personas aparte de nosotros, sin internet, y mosquitos por doquier, ah y no nos olvidemos de la comodidad de dormir en el suelo, que divertido. — Sonrió falsamente a todos sus amigos.
— Bill, puedes ir a recoger más ramitas para la fogata, si quieres, para que tengas la mente en algo. — Propuso la mujer.
— Analía tiene razón, ten. — Le extendió una gran bolsa.
— Pero es de noche, ¿Y si me pierdo? — Se paró del tronco caído, donde estaba sentado, para agarrar la bolsa que le daban.
— No te vayas tan lejos, si ves algo raro grita. — Dijo Georg, asando unos malvaviscos en la pequeña fogata.
Bill asintió. — Al menos no tendré que escuchar sus historias. — Sonrió levemente, sacándoles la lengua antes irse.
— Este niño. — Arrugó las cejas el mayor.
— No creo que debería irse solo. — Habló un chico de rastas, luego de un buen rato estando callado.
— ¿Por qué no lo acompañas? — Mencionó un rubio.
— Gustav tiene razón, ve con él. — Dijo la chica, apoyando.
— Y de pasó, aprovecha para declararte. — Susurró Georg, divertido de ver el sonrojo en las mejillas del chico.
— Iré. — Se paró del tronco caído, procurando no pisar la fogata.
— ¿Creen que vuelvan rápido? — Preguntó curiosa la chica.
— Lo dudo mucho, cariño. — Abrazó a su novia por la cintura.
— Ellos dos se gustan pero no lo dicen, ya veremos qué pasa. — Dijo Gustav mientras mordía un malvavisco.
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30 Días (Toll)
FanfictionHistorias (one shots) que se me ocurren con esta pareja. El contenido es toll, por lo que, si no te gusta, te sugiero que te retires. Hay escenas subidas de tono. Leer con precaución, por favor. ~Escribo por diversión~