Acosador

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Hace aproximadamente siete meses que mi vida dió un giro inesperado, con la llegada de un nuevo vecino

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Hace aproximadamente siete meses que mi vida dió un giro inesperado, con la llegada de un nuevo vecino. Un día casi a la atardecer, cuando llegaba del trabajo, ví varias cajas por el pasadizo de mi apartamento y el de al lado, y junto a ellas estaba un tipo alto, de trenzas africanas, solo pude saludarlo, presentándome y dándole la bienvenida, él simplemente me agradeció y sonrió, más no me dijo su nombre ni otra cosa.

Pensé que no era alguien muy sociable y lo deje pasar por alto, seguí con mi vida, pero ahora procurando no hacer tanto escándalo al tener un nuevo vecino y el único, en el quinto piso. También note que era alguien callado y reservado, no escuchaba nada de su apartamento y llegué a sentir un poco de vergüenza al pensar que lo molestaba con el poco ruido que yo hacía.

Luego de un mes, se podría decir que me sentía siempre raro, tenía una inquietud en mi pecho que no me dejaba dormir. Los días transcurrían y nada pasaba, lo único que pude descubrir del vecino es que se llamaba Tom, lo sabía porque me había llegado por accidente a mi puerta un paquete, en lo cual leía su nombre, es una lastima que no logré a ver el apellido porque él se acercó a mí justo a tiempo de poder ver más allá y me lo quito, no sin antes darme una extraña sonrisa.

Pero al pasar los meses, llegué a la conclusión de que mi vecino Tom me daba miedo, no sabría porque pero me daba una sensación terrible que me hacía querer llorar. Con lo poco que pude hablar con él, siempre tenía esa misma expresión, una sombría y las veces que me sonreía las hacía de forma tan extraña.

Es el sétimo mes y estoy pensando seriamente en mudarme, estuve buscando apartamentos de un solo piso sin importarme si eran grandes para una sola persona, pero necesitaba irme ya, porque de verdad no aguanto más está sensación en mi pecho. Escribo todo esto porque según me hará tranquilizarme, pero hace un momento mientras escribía, se fue la luz, no sé si sentirme paranoico o simplemente ignorarlo, decidí lo último, claro.

Tengo mi celular a mi lado, lo bueno es que tiene buena batería, lo malo es que no tengo wifi por el apagón. Creo que lo mejor será ir a casa de una amiga, son las nueve y media de la noche, debería dejar de escribir, e irme lo más rápido posible.

...


Dejó el lapicero de lado, levantándose de la silla, mientras en una mano tenía la linterna de su teléfono así logrando alumbrar su alrededor. Busco una mochila y coloco lo necesario en ella.

Se encontraba un poco nervioso, pero ya estaba decidido, estaba claro que no pasaría la noche en su apartamento. Agarro las llaves de la mesa, y cargo la mochila en su hombro, saliendo del apartamento mientras alumbraba.

Sentía otra vez esa sensación desagradable, su cuerpo picaba producto del pánico, sin saber porque su corazón latía fuertemente, cerró rápidamente la puerta, ocasionando que haga un fuerte sonido. Maldijo y camino por el pasadizo, dispuesto a tomar el ascensor.

30 Días (Toll)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora