Ariana Grindelwald, una bruja de la alta sociedad que intenta vivir con la presión de ser hija y nieta de dos magos extraordinarios. Ella tártara de demostrar que es digna de poseer dos grandes y poderosos apellidos.
A medida que crece y conoce a un...
Ariana y el señor Emirs se preparaban para entrar a la fiesta de navidad de los Malfoy a la que hace mucho tiempo no asistian.
Ariana llevaba un hermoso vestido color rosa que la hacía lucir muy elegante y hermosa, mientras que su abuelo llevaba un traje que reflejaba su clase.
—No te quedes atrás Kally—dijo su abuelo ofreciéndole su brazo para que ella lo tomara como toda una dama y poder entrar.
Su abuelo solía llamarla en raras ocasiones por su segundo nombre, lo cual ella asumía que era su manera de afrontar y seguir recordando a su fallecida madre la cual era su hija, a quien amaba con todo su corazón. A Ella nunca le molesto que la llamaran así, todo lo contrario la hacía sentir orgullosa de poder llevar el nombre de su madre, porque ella sabía que había sido una bruja excepcional.
Ariana Grindelwald Narrador
—¿Estas emocionada por ver a tus amigos?—pregunto mi abuelo con una sonrisa.
—Muy emocionada—dije mientras intentaba ocultar mi entusiasmo para no olvidar mis modales.
Mi abuelo y yo casi no asistimos a este tipo de eventos muy exagerados ya que mi abuelo elige la discreción y sinceramente a mí no me molesta, pero aveces extraño mucho a mis amigos.
Entramos al salón de la mansión Malfoy y como era de esperarse, se veía extremadamente hermoso, claro, todo eso se debía a la Señora Malfoy la cual tenia un gusto excepcional y la cual al vernos rápidamente se acercó a nosotros con una postura inmaculada y cálida sonrisa, mientras nos saludaba.
—Es un gusto tenerlos a ambos aquí—dijo con elegancia, mientras se dirigía a mi abuelo y se saludaran, luego se aproximo a mi con una cálida sonrisa.
—Ariana quería, estás muy hermosa—Me dijo con cariño
—Gracias Cissy—dije mientras le daba un abrazo.
La señora Malfoy era muy importante en mi vida, ella me había enseñado muchas cosas y en cierta manera es mi figura materna. Ella y mi madre eran muy amigas y cuando mi madre murió se encargó de ayudarme en todo lo que pudo. Me llevaba de compras, me recomendaba diseñadores y me enseñó a como vestirme adecuadamente para cada ocasión, entre otras cosas para así poder facilitarle el trabajo a mi abuelo.
Luego de que me separé de la señora Malfoy, ella me dijo que podía ir a la sala principal para encontrarme con mis amigos quienes ya estaban ahí, fije mis ojos en mi abuelo mientras buscaba la mirada de aprobación de mi abuelo y cuando la obtuve me dirigí a la sala principal.
Mientras me dirigí a la sala de la mansión Malfoy, no pude evitar notar que las personas que se encontraban ahí, me veian, algunas de ella con asombro, otras con una sonrisa y otras con interés mientras murmuraban cosas. Algunas de esas personas eran amigos de los Emirs por lo que supuse que algunas personas me sonreían por el parecido que tenia con mi madre.
Cuando por fin llegue a la sala, me recibió Regulus Black que era demasiado especial para mí, y era una de las personas más queridos, pues este era como un hermano para mi.
—Pense que no ibas a venir—me dijo mientras me abrazaba.
—Sabes que no me perdería esta maravillosa fiesta—Le dije separándome del abrazo.
—¡Ariii!—Escuché decir a lo lejos una voz a lo lejos que no tarde en distinguir, era mi mejor amiga Pansy parkinson a la cual rápidamente abracé
—Como estas Pansy—le dije con una sonrisa mientras caminábamos a los elegantes sillones, donde se encontraban todos los demás.
Saludé a todos mis amigos quienes eran Theodore Nott, Draco Malfoy, Vincent Grabbe, Gregory Goyle, Blaise Zanini, Lorenzo Berkshire, Daphne Greengrass y Astoria Greengrass.
Al separarme de mi último abrazo pude notar que habían más personas a las que ya suponía quienes eran por las cartas de Blaise y Pansy.
Eran los hermanos Riddle de los que ya había escuchado gracias a mi abuelo. El dice que son los hijos de Voldemort y de una mujer que desapareció completamente a la cual supuestamente solo utilizaron.
No soy de llevarme por los rumores, así que me dije a mi misma que no tenía que dejarme llevar por etiquetas y que debía conocerlos, además que mi curiosidad no estaba jugando a mi favor.
Draco se posiciono a mi lado mientras que colocaba una mano en mi hombro y la otra mientras señalaba a los Riddle en forma de presentación.
—Ariana ellos son Tom y Matheo, chicos ella es Ariana Grindelwald—Termino por decir.
Los mire con detenimiento a ambos, los dos eran de piel pálido, bastante altos, al menos para mí, Tom tenía el cabello Negro y ojos de un azul profundo y oscuro, mientras que Matheo tenía castaño oscuro, y ojos cafés.
Ambos lucían trajes negros y no puedo negar que al principio me sentí un poco nerviosa, lo cual era extraño, puesto que estaba acostumbrada a presentarme con personas muy seguido y está no tenia que ser la excepción, pero había algo que me hacía sentir extraña.
Los observé por unos segundos, pero elegí no prestarle atención a mi cabeza y luego les ofrecí mi mano —un gusto—Dije con una sonrisa.
Ambos me dieron la mano, la diferencia fue que Matheo fue más sonriente y mostraba un poco más de confianza, mientras que Tom no fue grosero pero solo me correspondío el gesto y se limitó a asentir, con aprobación, mientras que regresábamos a nuestros asientos.
Era claro que yo no esperaba algo más, pero no sé por qué me sentí extraña.
Durante la noche observaba como todos convivíamos, hasta Matheo con el cual ya estaba hablando como si lo conociera de toda la vida, pero Tom pocas veces hablaba y se centraba más en escuchar y prestar atención en lo decían, en muchas veces de reojo note como me observaba como analizandome.
Luego de la fiesta me despedí de todos y al llegar a la mansión mi abuelo me preguntó cómo me había ido a los cual le comenté lo sucedido, claro sin tomar en cuenta varias cosas. El me dijo que creía que eran así por haber crecido básicamente solos, pero para mí no tenía mucho sentido ya que Matheo vivió lo mismo y no era así pero no me mortifique pensando en eso ya que sabía que no todas las personas eran iguales y que para eso habían múltiples personalidades.
