Ariana Grindelwald, una bruja de la alta sociedad que intenta vivir con la presión de ser hija y nieta de dos magos extraordinarios. Ella tártara de demostrar que es digna de poseer dos grandes y poderosos apellidos.
A medida que crece y conoce a un...
Winky mi elfo doméstica personal se encargaba de empacar mis últimas pertenencias, mientras yo solo me encargaba de mi bolsa personal.
Ella ya había terminado, y ahora se dedicaba a observarme mientras yo llenaba mi pequeña bolsa.
—Es todo Winky, gracias, puedes irte—Le dije con un asentimiento.
—Como ordene ama Grindelwald—Dijo para luego irse.
Aunque muchos creían que era extraño tenerle cariño a los elfos domésticos yo no pensaba eso ya que para mí merecían el mismo respeto que un mago, Winky era mi elfo doméstico personal aunque habían muchos más trabajando en la mansión, pero de igual manera eran respetados y jamás tratados con abusos ni maltratos, me parecía cruel e insensible que fueran tratado así pero sabía que en muchas familias si sucedía.
Volviendo con lo mío, me dispuse a preparar mi bolsa donde metí un libro, mi pesado monedero, unas golosinas y claro uno que otro accesorio y perfume.
Tomé mi varita y antes de meterla en mi bolsa le coloque una un trozo de cuarzo hermoso de color negro al final de mi varita donde también le había colocado una base para poder sostener el hermoso cuarzo y no fue todo también en la mitad de la varita coloque un broche que tenía dos lunas en cada lado.
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Al terminar la metí en mi bolsa y salí de mi habitación para buscar a mi abuelo y poder cenar juntos ya que quería aprovechar cada minuto con el, por que aunque estaba emocionada por ir a Hogwarts me entristecía dejar solo a mi abuelo.
Baje y fuí al comedor donde por fin lo encontré.
—Que bueno que bajas te estaba esperando, toma asiento—Hablo desde la mesa.
Asentí y me senté en la mesa que era bastante grande apesar que solo éramos nosotros dos.
Sirvieron la cena y mientras comíamos hablamos de mucho cosas hasta que pude ver por su mirada que sabía que algo me entristecía.
—¿Pasa algo Ariana? ¿te preocupa algo?—
—Es solo que te voy a extrañar y me entristece dejarte solo—
—Oh querida, yo también te extrañare pero no debes preocuparte por mi, por qué tu abuelo estara bien y te estaré esperando cuando regreses—Siseo
Esas palabras me tranquilizaron y asentí dándole la razón para después seguir comiendo.
Luego de cenar fui a mi a mi habitación corroborando que todo estuviera listo para mañana, me di una ducha, me coloque mi pijama, me lavé los dientes y por fin me fui a la cama.
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A la mañana siguiente me desperté muy temprano y me preparé por qué hoy era el dia.
Me lavé los dientes, me duche y me coloque un Jersey gris junto con una falda de color negra arriba de las rodillas, con una botas negras y un abrigo negro que era bastante largo.
Por último me coloque perfume, accesorios y le cepillé mi cabello que ya estaba un poco largo y pedí a los elfos que llevarán mis maletas a la sala principal.
Luego baje y desayune junto a mi abuelo que también ya estaba listo.
Llegamos a la estación 9 ¾ y ahí vi bastantes padres de mis amigos, pero al parecer ellos ya se habían subido al tren.
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—Ve Querida—dijo con serenidad dándome un abrazo.
—Te voy a extrañar—dije aferrándome a a el.
—Estaras bien, recuerda que si necesitas algo o olvidaste algo escríbeme y haré que te lo lleven, además tú padrino me mantendrá informado, recuerda leer los libros que te di en tus tiempos libres y también cuidarte—Se despidió.
—Te escribiré lo prometo, te quiero—Le dije con la voz entre cortada, era la primera vez que nos separabamos.
—Tambien te quiero cariño, ahora ve—Se despidió
Luego de despedirme evitando que mis lágrimas empezaran a salir camine hacia el tren junto con Hera y mi equipaje.
Luego de dejar mi equipaje subí al tren y me despedí con la mano de mi abuelo que me observaba con una sonrisa tranquilizadora.
Termine de despedirme y me dispuse a buscar a mis amigos quienes no tenían que estar tan lejos.
Una mano me tomo y me jalo girandome hacia esa persona que era la mismísima Pansy parkinson a la cual me abalance a abrazar.
—¡Pansy, te extrañe muchooo!—dije sin separarme de ella.
—Tambien te extrañe Ari—Me dijo mientras nos separabamos.
—Ven vamos aquí están los otros—Me jalo.
Seguí a la pelinegra y llegamos a un compartimento donde se encontraba Blaise, Goyle, Grabbe, Draco, Matheo, Regulus, Daphne, Theo, Astoria, Enzo y por supuesto Tom.
Luego de sentarnos empezamos hablar sobre lo que hicimos de vacaciones Goyle y Grabbe habían estado en España, Theo, Daphne y Astoria habían estado en Italia, Enzo y Regulus habían ido a una de esas islas exóticas, Draco, Matheo y Tom habían ido a Grecia, mientras que Pansy había ido a Francia.
No las pasamos hablando de nuestras aventuras en los países y ciudades que habíamos visitado pero no pude evitar notar como Tom casi no hablaba y solo leía ese libro.
El viaje continuo normal y luego de unas horas tuvimos que cambiarnos por qué pronto llegaríamos.
Habíamos llegado a la estación, bajamos del tren y luego tuvimos que subir a canoas que nos llevarían al castillo.
