Ariana Grindelwald, una chica bruja de la alta sociedad que intenta vivir con la presión de ser hija y nieta de dos magos extraordinarios, ella intenta demostrar que es digna de poseer dos grandes apellidos.
A medida que crece conoce a Tom Riddle qu...
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Las vacaciones en Francia fueron de lo mejor, lamentablemente mi abuelo me anunció que regresariamos pronto.
Ya casi acababan las vacaciones, apenas faltaban dos semanas para empezar nuestro tercer curso en Hogwarts, lo que me mantenía muy contenta y emocionada.
Nuestro regreso apresurado se dio por qué los Nott, organizaron una fiesta, en la que no podíamos faltar.
Me encontraba verificando los últimos detalles antes de partir, cuando tocaron mi puerta.
Al dirigirme a abrirla, me encontré con la sorpresa de que se trataba de un elfo doméstico de mi abuelo.
—Ama Grindelwald, el amo Emirs ha pedido verla en su habitación, lo antes posible—Dijo el elfo con rapidez.
—De acuerdo, dile que iré en seguida—Este asintió para luego salir por la puerta.
Me puse de nuevo mis zapatos y salí lo antes posible.
Al llegar y tocar espere que me indicará entrar.
Al entrar el me estaba esperando con una carta en la mano y una sonrisa.
—Hay noticias, querida—Dijo extendiendome una carta, la cual no tarde en tomar.
Estimada señorita Grindelwald:
Cómo casi empieza el tercer año de clases en Hogwarts, es fundamental que usted sepa sobre nuevas situaciones que se presentaran, como la son sobre que los alumnos de tercer curso se les permite visitar determinados fines de semana el pueblo de Hogsmeade.
Le rogamos que entregue a sus padres o tutores el documento de autorización adjunto para que lo firmen.
También se adjunta la lista de libros del próximo curso.
Atentamente, Subdirectora: Minerva Mcgonagall.
Eso era una muy buena noticia, sería muy divertido pasar algunos fines de semana en Hogsmeade con mis amigos.
La idea me hizo mucha ilusión, gire a ver a mi abuelo, en busca de alguna respuesta.
Cuando lo vi el estaba firmando el permiso, lo que me hizo sonreír.
—Lo enviaré con nuestra lechuza luego. Aunque no lo creas, Kally, también me hace mucha ilusión que puedas ir a Hogsmeade, me recuerda a mis mejores tiempos en Hogwarts—Dijo mientras me guiaba para poder ir a la sala principal.
Al sentarnos en los lujosos y cómodos sillones de nuestra sala, contemple aún la ilusión que me hacía ir a Hogsmeade, admito que las historias emocionantes que mi abuelo me había contado, habían logrado emocionarme.
