011| 𝐓𝐢𝐫𝐞𝐝 𝐨𝐟 𝐭𝐡𝐞 𝐜𝐨𝐥𝐝𝐧𝐞𝐬𝐬

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Luego de esa plática con Pansy, aún me sentía desanimada, sin embargo no podía dejar que esto me mortificara, y más sabiendo que teníamos nuestra primera clase de defensa contra las artes oscuras con nuestro nuevo profesor que me daba buena espina, no lo sé, el me agradaba.

Llegue sola al aula de clases, por lo que al entrar visualice a varios de mis amigos quienes ya estaban posicionados en sus respectivos asientos, por lo que yo también elegí una y me senté.

El profesor Lupín no estaba en el aula cuando llegue, por lo que para esperar saque mi libro, algunas plumas que necesitaré y los pergaminos.

Mientras hablaba con unas chicas de Slytherin, mi atención fue robada inmediatamente cuando llegó el profesor, volviéndome al frente.

El entró sonriente al aula, mientras colocaba su desvanecido maletín en la mesa.

—Buenas tardes —Dijo —¿Podrian, por favor, meter sus libros en la mochila? La leccion de hoy no necesitan todo lo demá, solamente sus varitas—Pregunto, por lo que me hizo fruncir el seño.

Solo espero que no sea como el anterior profesor de defensa contra artes oscuras. No estoy lista para volver a encerrar duendecillos azules luego que ese lunático los suelte en mi cara.

—Bien—Dijo cuando se aseguró que todos estuvieran listos.

—Por favor siganme—desconcentrados pero con interés seguimos al pie de la letra sus indicaciones mientras nos poníamos de pie y salíamos del aula con el profesor Lupin.

Este nos condujo a un largo corredor, doblando una esquina

Lo primero que vimos fue a Pevees (El poltergeist), con su llamativa ropa y quien flotaba boca abajo en medio del aire y su característica sonrisa burlona, que hacía cada vez que tenía planeado hacer alguna maldad. Es gracioso la mayoría de veces, aunque aveces se vuelve un dolor de cabeza.

Desde luego que estaba planeando algo, pues tapaba el ojo de la cerradura con un chicle. Este no se molestó en levantar la vista hasta que el profesor estuvo a medio metro.

Cuando lo vio sacudió los pies de dedos retorcidos y se puso a cantar una muy extraña pero graciosa canción.

"Locatis lunático Lupín, locatis lunático Lupín, locatis lunático Lupín...

Aunque esto me saco una sonrisa, no evite tensarme al esperar como reaccionaria el maestro, pues aunque Pevees puede llegar a ser muy bromista, normalmente mantiene respeto a los maestros.

Al volver mi mirada al profesor, este increíblemente aún mantenía su sonrisa, devolviendole la sonrisa a el poltergeist.

—Yo que tú quitaría ese chicle de la cerradura, Pevees —Dijo amablemente —El señor Filch no podrá entrar por su escobas.—

Este pareció no tomarle importancia, pues se limitó a burlarse una vez más

El profesor Lupin suspiró y sacó la varita mágica.

—Es un hechizo útil y sencillo —dijo a la clase, volviendo la cabeza—Por favor, esten atentos.—dijo antes de alzar su varita a la altura de su hombro y decir:

¡Waddiwasi!—y apunto a Pevees.

Con la fuerza de una bala, el chicle salió disparado del agujero de la cerradura y fue a taponar la fosa nasal izquierda de Peeves; éste ascendiódando vueltas como en un remolino y se alejó como un bólido, zumbando echando maldiciones.

—Increible...—se me escapó de mis labios debido a el asombro.

—Gracias, Ariana —respondió el profesor Lupin, logrando sacarme una sonrisa.

El amor prohibido de los Herederos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora