Capítulo 23

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Liam y su novia paseaban por el campo y por el pueblo. La pasaban muy bien juntos, solos y se cuidaban muy bien el uno al otro. Mientras, Noel y Natasha también hacían planes. A ella se le había ocurrido ir a Leeds para que Noel conociera a sus padres. Se fueron los dos.

Pasaron las semanas. Liam y Sandrine volvieron a Oxford. Noel y su novia también regresaron. Las dos parejas contaron cómo les había ido. Noel contaba que sus suegros lo aceptaron rápido. Sandrine empezó a tener síntomas de embarazo, pero ni ella ni Liam contaban nada. Ambas familias sospechaban por qué tanto misterio. Liam y su hermano estaban en el patio. El menor de los hermanos miraba su reloj.

—Liam, últimamente estás actuando raro de vuelta. ¿Pasa algo? —sospechó Noel.

—No, nada —mintió Liam.

—Contame, mamá y yo no dejamos de preguntarnos por qué actuás así.

—Voy a contarte ahora que no está, es que quiero que sea sorpresa, y por favor, no se lo digás a nadie, ni a tu novia —le pidió.

—Está bien.

—Sandrine y yo planeamos tener un hijo. Lo decidimos cuando estábamos de vacaciones y hoy tenemos turno para que nos digan si está embarazada o no. —Su hermano lo miró sorprendido.

Sandrine en su casa sólo les contaba a Grace y a su mamá.

—¡Lo sabía, por eso los síntomas! ¡Espero que les digan que sí porque quiero ser abuela!

—¡Y yo tía!

—Esperemos —rió Sandrine levemente—. Pero no digan nada todavía. Quiero darles una sorpresa. Aunque mi papá y mis otros hermanos no quieran a Liam, yo sé que se van a alegrar por esto.

—Vas a ver que sí, y a lo mejor hasta se empiezan a llevar bien con él. Bueno, tu papá ya lo aceptó —dijo Katrina.

En lo de Liam.

—No sé qué decir, esperemos que tengan suerte —dijo Noel sonriendo—. Vas a tener otro hijo.

—No, va a ser el primero.

—Está tu hija con Isabelle también, que está por nacer en ocho semanas y hasta ahora no fuiste capaz ni de preguntar cómo va el embarazo. Siempre somos mamá y yo los que tenemos que contarte.

—Esa nena no tiene nada que ver conmigo, ya lo dije mil veces, y no, mi novia no sabe nada y nunca lo va a saber.

—No, no puedo creer lo que estás diciendo. ¡Bueno! Debería creerlo porque hace meses que tenés esa mala actitud.

—No te sorprendas entonces —dijo Liam encogiendosé de hombros.

—¡Pero es que, Liam, no podés ser tan mierda! ¡Si tu novia también está embarazada, vas a ser padre de dos hijos, tenés que reconocerlos a los dos, no a uno solo!

—¡Basta de decir que tengo que reconocer a esa pendeja! ¿Quién carajo sos vos para darme órdenes?

—Liam, por favor, pensá en lo que hacés. No podés seguir así, tenés que decir la verdad.

—Me voy al médico —dijo mirando su reloj—. Vos no digás nada, eh. Nos vemos.

—Suerte. —Liam se fue—. «Ayy, ¿qué mierda vamos a hacer con vos?», pensó Noel mientras se pasaba las manos por la cara. Liam y su novia se encontraron dentro del hospital, en la sala de espera. El médico los llamó y les dio los resultados: Sandrine estaba embarazada. Ella y su novio se alegraron mucho, y él médico los felicitó. Salieron del consultorio.

—Vamos a tener un hijo, estoy tan feliz —sonreía Sandrine.

—Yo también. —Se miraron a los ojos, y luego él le acarició el vientre—. Lo vamos a cuidar mucho.

—Sí, mi vida. —Se besaron y se acariciaron. Luego iban camino hacia el ascensor y finalmente salieron del hospital. La acompañó hasta la parada del colectivo.

***

Ya estaba cada uno en su casa. En la de Liam, su mamá ya estaba ahí. Estaban en el living los tres.

—Otra vez andás muy contento, contanos qué pasa —sonrió Peggy.

—Sí, ahora puedo decirteló. Noel ya sabe. —Su hermano sonreía, al igual que él, a pesar de la discusión que habían tenido hace un rato.

—¿Qué andan hablando ustedes dos a mis espaldas? —preguntó sonriendo.

—¡¡¡Sandrine y yo vamos a tener un hijo!!! —Peggy al principio no supo cómo reaccionar. Liam no quería reconocer un hijo, pero por otro lado quería uno con su nueva novia. Además de ser demasiado joven como para querer formar una familia. Decidió simplemente abrazarlo y felicitarlo junto con Noel.

—¡Me alegra tanto, felicidades! —lo felicitó ella.

—¡Gracias! Sabía que les agradaría esta noticia.

—Por eso estabas tan callado, querías darme la sorpresa. ¿Y desde cuándo?

—Desde hoy. Mi novia y yo teníamos turno, y nos lo confirmó el doctor.

—Me alegro mucho —sonrió su mamá.

Sandrine también recibía felicitaciones en su casa. Toda su familia estaba ahí. La diferencia es que en su caso, ellos sabían que podían confiar en Sandrine como madre aunque sólo tuviera 22 años. Era una chica que siempre había demostrado ser responsable.

—¡¡Al fin una buena noticia!! —exclamó May.

—Ay, hace rato que vengo con buenas noticias —rió algo incómoda por el comentario.

—¿En serio vamos a ser abuelos? —preguntó Nigel sin poder creerlo.

—Sí —volvió a confirmar Sandrine. Su papá y su mamá la abrazaron.

—Yo aparte de haberte abrazado, no sé qué decir. Digo, no esperaba ser tío tan joven —dijo riendo levemente.

—Yo tampoco sé qué decir. No puedo creer que ya seas mamá —sonrió Nigel.

—No hace falta decir nada, la alegría de ustedes es suficiente para mí. Es bueno saber que van a querer a mi hijo a pesar de que algunos de ustedes no quieran a Liam.

—No importa, a tu bebé lo vamos a querer igual y a malcriarlo —dijo May.

—Yo lo voy a malcriar más —competía Grace en broma.

—Dejen algo para mí —pidió Spencer.

—Calma, ya nos lo repartiremos —dijo Nigel.

En lo de Liam.

—Se le acercó y le tocó los brazos—. Nos da mucho gusto por vos y Sandrine.

—Sí, nos alegramos a pesar de todo.

—Gracias a los dos, voy a ayudarla a cuidarlo, a ser un buen padre, en serio.

—Confiamos en que sí. —Peggy lo abrazó de nuevo, y luego Noel.

—Voy a mi pieza —avisó Liam y subió la escalera. Noel y su mamá aprovecharon para hablar una vez que escucharon la puerta cerrarse.

—Espero que no se dé cuenta de sus errores cuando sea tarde —deseó Noel.

—Es muy chico para esto, pero lo mejor fue sólo felicitarlo. Es que estaba tan feliz que no quise decirle nuevamente lo de su hija.

—Lo sé —suspiró—. Igual yo sí se lo dije y discutimos.

—Espero que cumpla con lo que dijo y no le deje todo a Sandrine —deseó aunque con pocas esperanzas, pues sus últimas actitudes no le daban confianza. 

Tu hijaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora