Capítulo 4

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Más tarde, Noel y su mamá estaban viendo la tele sentados en el sofá. Bajó Liam y los vio muy juntos, escena que le dio un poco de celos. Se acercó.

—¿Puedo estar con ustedes o siguen del lado de mi ex? Mejor dicho, de todas mis ex —dijo levantando los ojos.

—Liam, no te ofendás con lo que te decimos —dijo Peggy.

—Si te decimos todo eso y queremos que cambiés, es porque te queremos. Por tu bien —agregó Noel.

—Yo nada más quiero que al igual que Noel, estés en una relación en serio.

—Mmm. A propósito, ¿qué hace Noel tan pegado a vos?

—No empecés con tus escenas de celos. Vení —lo invitó Peggy. Su hijo menor se sentó al lado de ella y apoyó la cabeza en su hombro. Se acomodó.

—Volviendo a lo otro, por ahora no me interesa tener nada serio con nadie. Algún día se dará.

—Tenés tiempo —dijo Noel. Se quedaron callados los tres y siguieron mirando la tele por una hora.

—Ya es hora de hacer la cena —anunció la mamá de ambos—, ¿a quién le toca? —Liam se acostó sobre su falda y se acurrucó. A Peggy le dio algo de risa.

—Siempre hacés lo mismo —se quejó Noel—. Hace mucho que no cocinás vos.

—Yo sólo me acuesto —dijo Liam inocentemente—, ¿por qué me echás la culpa? ¿Estás celoso? —preguntó mirandoló y sonriendo.

—No, ¿cuándo lo estuve? —preguntó riendo un poco—. Ni cuando éramos chicos, el celoso sos vos.

—Saben que los dos son mis bebés —sonrió Peggy—. Noel, puedo hacer yo de comer.

—No, no, está bien —dijo Noel—. Cocino yo, no hay problema. —Fue a la cocina y luego se asomó—. Pero mañana te toca, Liam. —Volvió a la cocina mientras seguía riendo.

—No moleste. Despiertenmé cuando esté la cena —pidió con los ojos cerrados.

—Pero vas a poner la mesa, eh. No seás tan vago —dijo Peggy.

—Mmmhmmmm. —Se durmió. Al rato estaba la comida, su mamá lo despertó y puso la mesa como le había dicho.

Pasaron las semanas, Noel y Natasha seguían saliendo. Liam a veces quería salir con su hermano, pero este lo dejaba para después por salir con Natasha, y entonces empezó a sentir celos de la cocinera y a tenerle más bronca.

Un sábado, llamó Ethan e invitó a Liam y a Noel a bailar junto con los otros mozos. Casi a la noche, ellos dos estaban charlando en una mesa del patio.

—Creo que me voy a bañar ahora, Ethan nos dijo que nos juntemos a las 11, pero igual. Si querés, podés ir vos antes que yo al baño. —Se puso serio—. Supongo que no cambiaste de idea como siempre.

—Ah, sobre eso.... —dijo Noel bajando la cabeza y mirando para un costado.

—¿Qué? Dijiste que ibas a ir.

—Sí, pero resulta que me llamó Naty y quiere ir al cine —dijo mirandoló—. Disculpá. —Liam se levantó enojado.

—¡Yo sabía, yo sabía que me ibas a hacer esto de nuevo! ¡Ahora que tenés novia, me hacés a un lado! —Se fue enojado y Noel lo siguió. Entraron a la casa.

—Liam, no te pongás así. —Lo agarró de los hombros y lo hizo dar vuelta. Liam se soltó bruscamente—. Dejá de portarte como si tuvieras cinco años. ¡Sabés que otro día me junto con vos solo o con nuestros amigos, siempre cumplo!

Tu hijaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora