Capítulo 16

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A la noche, Liam y Sandrine se encontraron en el centro de la ciudad y afuera del cine.

—Me alegra que hayas venido —dijo Liam sonriendo.

—No te iba a fallar —dijo Sandrine. Fueron a la fila para comprar los boletos.

—Eeeh...¿tu papá te dijo algo? —preguntó sospechando.

—Sí, trató de convencerme de que no venga, pero vine igual.

Media hora después de estar en la fila, Liam compró los boletos y entraron. Se sentaron en las butacas.

—¿Querés que te compre algo? —le ofreció.

—No, gracias. —Liam le sonrió y ella también. Empezó la película y miraron. Dos horas después se fueron a comer a un bar cerca. Se pidieron una pizza y una cerveza. Hablaron un poco de la película y luego de otra cosa. El mozo trajo la cerveza y dos tarros. Destapó la botella, les sirvió y se retiró. Liam y Sandrine hicieron un brindis y tomaron.

—¿Y vivís solo o con tu familia? —preguntó Sandrine con curiosidad.

—Con mi mamá y mi hermano. Mi mamá es divorciada y mi hermano trabaja conmigo en el restaurante. —El mozo volvió con la pizza y se volvió a retirar definitivamente.

—Ah, qué bien. —Liam la miraba a los ojos, y ella le sonreía.

—Tengo que decirte, tu mamá fue muy amable conmigo cuando me atendió por teléfono —contó su pretendiente.

—Gracias, sí, ella es así. Es más blanda que mi papá, pero los dos son un amor.

—Mi mamá también lo es, la adoro, a ella y a mi hermano. Aunque a veces él y yo peleemos.

—Es normal —rió ella levemente—. Con mis hermanos también peleo a veces.

—¿Cuántos son?

—Somos cuatro. May es la más grande, después vengo yo; luego otra chica, que se llama Grace; y por último un varón, Spencer. Este último está en la secundaria.

—Son muchos —dijo un poco sorprendido—. Yo también soy el menor, y tengo un hermano nomás, se llama Noel. —Siguierom conversando. Un rato después, terminaron de comer. Liam pagó la cuenta y se fueron. La acompañó hasta su parada.

—Le voy a decir a mi familia que otra vez te portaste bien. Me encantó salir con vos.

—A mí también. ¿Y cómo no iba a ser bueno con vos? Sos un angelito, simpática, tengo que tratarte bien —la alagó Liam. Ella le sonrió, y llegaron a la parada. Justo llegó el colectivo, y se despidieron.

—Nos vemos —se despidió Sandrine.

—Cuidate —le deseó Liam. Sandrine se subió y pagó el boleto. Liam la saludó con la mano, y ella le respondió de la misma forma desde la ventana. Vio el colectivo irse y él también se fue.

Al otro día, Liam estaba desayunando con su familia.

—¿Cómo te fue? Contanos —dijo Peggy.

—Me encantó salir con ella. Fuimos al cine, después a comer una pizza. Sandrine fue tan linda. Quise besarla pero no me animé, preferí esperar.

—Seguí así. Si al fin vas a tener novia en serio, tenés que ir despacio —aconsejó Noel.

—Espero aguantarme, es que es tan hermosa, tan tierna y...creo que al menos la mamá me va a aceptar. Me atendió muy bien en el teléfono y me pasó con su hija apenas le dije mi nombre.

—Estoy segura de que te va a aceptar toda su familia —dijo Peggy con optimismo.

En casa de Sandrine.

Tu hijaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora