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2/4 (Maratón) 

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2/4 (Maratón) 

Desperté con el rostro mojado y la respiración entre cortada, otra vez ese maldito sueño.

Me pregunto en que momento mi vida se convierto en una pesadilla, de pequeña cuando las tenía mi abuela preparaba un chocolate y se quedaba conmigo en casa contándome una historia tal como si fuera Sherezada.

Después de convencerme que los mostros no eran reales dejaba las linternas encendidas y se iba, pero aquí era diferente.

Ella ya no estaba, ya no había chocolate ni luces de noche y las terribles bestias eran reales y habitaban en mi mente.

En esas viejas noches yo solía imaginar a mi madre conmigo, la visualizaba sentada en la silla de mi tocador cuidándome de todo mal, guardiana de mi sueño y protectora de mi seguridad.

Pero aquí no podía, ni siquiera me habían dejado llevarme las fotos antiguas que guardaba mi abuelo en su baúl o los vestidos que según mi abuela aun guardaban su aroma.

Anoche le conté todo a Bianca, honestamente no sé porque lo hice, pero así fue, cada secreto fue revelado y de forma extraña ella no juzgo.

Nos quedamos alrededor de dos en donde conté cada pequeña partitura, incluso lo sentí como una emulación de esos programas de entrevista en donde la protagonista relata la crónica de su vida tipo "Un tal Alfredo" o algo así.

Ella no fue ignorando a mis sentimientos pues correspondió contándome sus penas y las tragedias de su vida.

Bianca Morelli, una joven argentina rubia de veinte años que estudiaba la carrera de actuación, que vivía en un pequeño y barato departamento después de haber sido corrida de su hogar a los dieciocho años cuando su familia se enteró de su orientación sexual y decidieron fingir que su nacimiento nunca ocurrió.

Una piba que trabaja como mesera en un bar lleno de hombres desagradables para poder pagar su parte de la renta y que daba clases de matemáticas los fines de semana a los niños del barrio para poder ganar unas cuantas monedas más.

Ya no pude seguir durmiendo, me dolía la cabeza y sentía mi cuerpo temblar debajo de las sábanas, y no era por el clima, era algo más.

Mi celular sonó y una luz pequeña se encendió y era un número desconocido, pero supe quién era por la foto de perfil.

Enzo ¿Por qué te aparecías ahora?

"¿Podemos hablar? Paso por ti a la Uni."

Al día siguiente tomé una ducha fría y me vestí con unos vaqueros, unas zapatillas deportivas blancas y una polera azul.

No me maquille ni me peine y al escuchar a Bianca salir de su habitación hui rápidamente del piso, se me caía la cara de vergüenza.

Caminar por las calles de Buenos Aires después de todo el drama que viví anoche no se sentía bien, era como si cada esquina por la que pasara me gritara en el rostro mi humillación y me hiciera ser una esclava de la vergüenza.

ᴛᴇ ᴄᴏɴᴏᴄÍ ᴇɴ ʙᴜᴇɴᴏꜱ ᴀɪʀᴇꜱ.//ᴇꜱᴛᴇʙᴀɴ ᴋᴜᴋᴜʀɪᴄᴢᴋᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora