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Maldita mucho antes de nacer, tal ves desde el momento en que mis padres se conocieron, siendo el un hombre casado y ella un mujer desdichada

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Maldita mucho antes de nacer, tal ves desde el momento en que mis padres se conocieron, siendo el un hombre casado y ella un mujer desdichada.

Me cuesta trabajo recordar el momento en el que comencé a sentirme de esta forma tan culpable, mi madre murió por mi voluntad, el matrimonio de mi padre casi fallece por mi existir y mis abuelos acompañados de todos mis amigos perecieron debido a un simple capricho mío.

Hoy voy a morir, lo sé perfectamente, la muerte me respira en la nuca y teje un manto que me dará un poco de calor cuando por fin llegue a mí. No sé si la mujer que ronda por la casa terminara con mi vida, echo planeado por una venganza; o por otro lado; si el deceso de mi vida será arrebato por mi propia mano y la ventana del baño que me susurra desde que llegue aquí.

Lo único de lo que estoy segura, es que esta noche voy a morir.

Hay un martillo que golpea dentro de mi cabeza, tiene el ritmo de un compás o un reloj que anuncia mi muerte, provocado por todo el alcohol ingerido; también puedo sentir mi piel arder bajo el agua hirviendo de la ducha, que debido a mi ensoñación apenas soy capaz de percibir la sensación física que evoca  de mi ser teñido en rojo.

Rápidamente apago la regadera, me arde todo el cuerpo y si pudiera definir con una palabra el como se siente mi existencia sería por "dolor" tanto físico como mental.

Salgo del baño entrando a esa vieja habitación, hay apenas unas pizcas de polvo acariciando el ambiente y la luz de las farolas de la calle se cuela de a poco en la ventana, el piso está lleno de cajas selladas con cosas que supongo que eran las pertenencias antiguas de mi tan querido amigo y sobre la cama posa con cuidado un bonito vestido rojo de flores blancas que imagino que debe de llegar debajo de la rodilla.

Me visto con la sencilla prenda notando que me queda bastante grande, decido atarlo por la cintura con un pequeño lazo que encontré en un buro, me siento frente al espejo de la habitación y peino con cuidado mi cabello con mis dedos, intento separar los nudos y darle un poco de forma a mi diminuta melena, después pellizco mis mejillas y labios esperando que tomen un color sonrojado, me gustaría fallecer viéndome medianamente presentable.

"Plegaria de un labrado" suena detrás de la puerta, combinado a lo que parece ser el ruido contrastante de un montón de ollas ser golpeas entre si.

Salgo de la habitación, camino con cuidado por el pasillo y bajo las escaleras de forma despacio, he tomado mi decisión sobre lo cobarde que soy como para hacer las cosas por mi misma, esperare a que ella ejecute los actos.

Entro a la cocina y me recibe la imagen de la dueña de la casa preparando algo en la estufa y una joven que rodea mi edad sentada en la mesa del comedor leyendo del comedor.

La música proviene de la pequeña radio roja colocada en la barra del lugar y ellas parece ser que no han notado mi presencia hasta que rasco mi garganta llamada su atención.

ᴛᴇ ᴄᴏɴᴏᴄÍ ᴇɴ ʙᴜᴇɴᴏꜱ ᴀɪʀᴇꜱ.//ᴇꜱᴛᴇʙᴀɴ ᴋᴜᴋᴜʀɪᴄᴢᴋᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora